Tijuana.- El estado puso en marcha un nuevo sistema tecnológico que inhibe las señales de transmisión de teléfonos celulares y radios desde la prisión que tiene en el distrito La Mesa de Tijuana.

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La medida pretende terminar con la serie de extorsiones que prisioneros hacían desde su celda contra familias de esta comunidad, dijo el viernes durante la presentación de este proyecto Daniel de la Rosa, secretario de Seguridad Pública de Baja California.

Las llamadas eran constantes hacia decenas de personas a quienes les pedían comprar tarjetas telefónicas a cambio de la posibilidad de ganar un premio o bien amenazaban con lastimar a algún pariente si no se les depositaba determinada cantidad.

En cualquier caso las extorsiones provenían de personas que estaban en prisión y que, a pesar de su condición, contaban con teléfonos celulares o radios desde donde llamaban a sus víctimas.

Las autoridades incluso llevaron a cabo campañas en la región donde advertían a la población de estos chantajes y admitían que detrás de algunas de estas llamadas estaban reos encerrados en alguna prisión estatal.

La prisión estatal en Tijuana será la primera penitenciaría en México en contar con este tipo de mecanismo tecnológico de origen israelí, que tuvo un costo para el estado de 19 millones 679 mil 400 pesos (alrededor de un millón 640 mil dólares), explicó De la Rosa.

Este penal, conocido también como "El Pueblito", tiene una sobrepoblación del 85 por ciento – según autoridades – que ha derivado en problemas de convivencia, asesinatos dentro de las celdas y múltiples motines.

Los casos más lamentables en esta prisión sucedieron durante dos motines en septiembre de 2008, donde murieron oficialmente 24 prisioneros y más de 50 fueron heridos. Los hechos habían comenzado luego que custodios mataran a golpes a un preso de 19 años.

Los inhibidores instalados en el penal de La Mesa serán una solución completa para bloquear canales de comunicación inalámbricos, dijo el funcionario.

Se trata de un sistema integral que es controlado desde un centro estatal específico en el estado que también está conectado al Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El sistema de inhibición no sólo bloquea las transmisiones que podrían hacerse desde las celdas, sino también desde las oficinas administrativas e incluso desde la dirección del penal.

Según De la Rosa, el bloqueo de las señales de radiocomunicaciones instalado no interfiere las frecuencias ni afecta la calidad de los servicios de telefonía en los alrededores del penal. Además no puede ser manipulado por personal de ese centro penitenciario.

El estado anunció que pretende implementar estos mecanismos tecnológicos al resto de las prisiones de la entidad.

"De esta manera se cierra la puerta de forma absoluta a cualquier intento de llamadas que pudieran derivar en la comisión de algún delito, como es el caso de extorsiones", agregó el jefe de la seguridad estatal.

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