HUNGRÍA.- Según indicaron las autoridades, hicieron frente para contener alrededor de 400 personas en la zona fronteriza de Röszke, después de que los inmigrantes se negaran a que les tomaran las huellas dactilares: "Los policías intentan calmar la situación pero los migrantes siguen gritando" dijo Szabolcs Szenti, el portavoz policial.
Los disturbios tuvieron lugar en el centro de acogida de inmigrantes y solicitantes de refugio, por lo que la policía se vio obligada a utilizar gas lacrimógeno. Se detuvieron alrededor de 2,533 personas, la mayoría vienen de Siria, Afganistán y Pakistán, en la frontera entre Serbia y Hungría.
Este país se encuentra haciendo una valla de 176 kilómetros a lo largo de la frontera Serbia para poder mantener fuera del país a los refugiados.
Vía El Universal
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