Arte

Estas son las reglas que nadie escribió del futbol de calle

La número 8 es definitiva en todas partes.

Actualmente todavía vemos en la calle a niños y otros no tan niños jugando futbol callejero en las diferentes colonias de la ciudad, pero este artículo está pensado para todos aquellos que crecieron jugando futbol en la calle afuera de su casa con sus vecinos cercanos y en ocasiones con los de las calles de a lado.

Ya sea que fueras el mejor, el defensa, el que corría más rápido, el que le caía mal a todos, el que escogían al último o el que siempre salía llorando, estas "reglas" que nadie escribió nunca, siempre aplicaban para cualquier partido de futbol en la calle.

    El "gordito" siempre es el portero y por eso siempre era uno de los que escogían primero. El partido se termina cuando todos están cansados. Aunque el partido vaya 20-0 el juego se decide en "gol gana". No hay árbitro. No hay fuera de lugar. Si el dueño del balón se enoja o le hablaba su mamá, todos los demás se jodieron, se acabó el partido. Los 2 mejores no pueden estar en el mismo equipo, ellos son los que escogen. El que vuela el balón, va por él. Claro, después de recibir una bola de insultos por los demás. Siempre hay un vecin@ al que todos temen porque nunca los deja jugar. Cuando el gol es polémico, todo se resuelve en "Gol o penal". Si eres el ultimo en ser elegido, es porque no la armas. Se cobrará falta si el atacado sale llorando o es una caída/golpe fuerte. Los que menos saben jugar se quedan de defensas. La lluvia inspira a todos y los partidos duran más que de costumbre. Si en la calle hay muchos carros estacionados y pasan varios seguidos, se postula el partido o buscan otra calle. Si se apuesta un refresco, es como jugar una final. Siempre había un "chavo ruco" al que dejaban ganar con la condición de que se escogía mediante un volado. Las porterías son 2 piedras pero siempre habrá un equipo que se queje por tener la portería más chica. Siempre se juega con la ropa que traen puesta. Si alguien salía con algún uniforme era considerado como "el hijo de papi". Se detiene el partido cuando pasa un carro o una persona. Cuando el "mejor" del otro equipo pasaba media cancha, el equipo entero se bajaba a defender. Si el balón queda atrapado en un coche, planta, etc. Se debe de decir "pido mano". Si el balón cae dentro de un patio, el partido de reanuda con "saque de mano". Los penales sí se marcan cuando hay una mano, o una falta clara. En este caso quitan al "gordito" y se pone el "mejor" del equipo. Al inicio del partido se grita "portero ambulante". El "gordito" dice que quiere jugar y lo dejan de medio por 1 gol, después regresa a la portería por otros 10 goles. En caso de que los dos mejores jugadores terminaran en el mismo equipo, el equipo contrario pedía permiso para tener la portería más chica o una ventaja de goles a su favor.

Las "cascaritas de chútale" están dentro de la infancia de casi todos nosotros, y aunque en muchas ocasiones causaban disputas entre los jugadores, que siempre se hacían los mismos equipos, que unos eran tramposos, que se dejaban de hablar al finalizar el juego, a los dos o tres días ya se volvían a hablar como si nada hubiera pasado. Y en algunas ocasiones se arreglaba todo con la famosa "revancha".

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