San Juan, 28 feb (EFE).- Un grupo de artistas puertorriqueños condenó hoy la imparable ola de criminalidad que sufre el país, que este fin de semana se cobró la vida de dos nuevas víctimas en un tiroteo en medio de un multitudinario concierto.


El cantante de merengue Elvis Crespo expresó en una conferencia de prensa su "dolor y tristeza" por la muerte de dos personas el domingo durante el espectáculo "A ritmo de la juventud", organizado por una emisora de radio en el coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, localidad cercana a San Juan.


Los dos fallecidos fueron identificados como Juan Cruz Gutiérrez, de 22 años y con antecedentes penales, y Shirley Rivera Rivera, una empleada de una compañía de seguros, de 27 años.


El tiroteo, cuyo autor y motivos están bajo investigación, causó además cinco heridos de diferente consideración que permanecen ingresados en distintos hospitales del área de San Juan.


Crespo dijo que la noche del sábado se encaminaba a convertirse en "una de alegría en momentos de desahogo" para Puerto Rico, país en el que hasta la fecha se han registrado cerca de 200 asesinatos, 40 más que el año anterior.


"Es una situación por la que hay que preocuparse. Este no fue el Puerto Rico donde crecimos, que defendemos con orgullo y pasión. Fue una noche que nunca olvidaré", dijo el cantante.


Crespo informó que está en marcha como repulsa a los hechos del pasado fin de semana un evento bautizado como "No más violencia, juntos por un pueblo", que reunirá -todavía sin fecha marcada- a artistas locales e internacionales.


"Tenemos en nuestras manos ser parte de la solución. Es un momento de unidad. Los puertorriqueños, cuando tenemos momentos difíciles y de crisis, nos subimos", dijo Crespo.


Otros artistas que participaron en la conferencia de prensa fueron los hermanos Oscar y Banchy Serrano, integrantes de la orquesta de merengue de Grupo Manía; los reguetoneros Dyland y Lenny, el mexicano Iván "La voz", Juan Vélez, Tony Tun Tun, Toby Love y los grupos de Zone D' Tambora y N'Klabe.


Oscar Serrano, por su parte, dijo que el incidente los "agobia de sobremanera" por la forma en que se produjo, tras pedir "un cambio" para que haya paz en su país.


"Vamos a hacer un cambio. No me quiero quejar de que mi país está malo ni que Puerto Rico está falto de fe", dijo, mientras que su hermano, Banchy, recalcó la necesidad de rescatar principios y valores.


El año 2010 se cerró como uno de los más violentos en la historia del país, que registró su peor estadística en 1994, cuando la criminalidad se llevó la vida de 995 puertorriqueños.


La lista de muertes violentas que se incrementa semana tras semana ha provocado que distintas figuras públicas y de la oposición pidan la dimisión del superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha.


El jefe policial ha respondido a sus críticos asegurando que no abandonará el cargo y que si los asesinatos han aumentado es debido a la presión policial que se ejerce sobre el mundo de la criminalidad y la droga.


Figueroa Sancha ha puesto en varias ocasiones como ejemplo a la ciudad estadounidense de Nueva York, que según su versión recobró la normalidad tras años de lucha contra el crimen.


El gobernador Luis Fortuño ha reconocido en varias ocasiones los últimos meses que la criminalidad es el principal problema del país, lo que le llevó hace meses a sacar a las calles a la Guardia Nacional, medida que no ha detenido la sangría de asesinatos.