TIJUANA.- El burro-cebra, una peculiaridad tijuanense que a menudo se asoma por las esquinas de la Avenida Revolución, es un burro con rayas pintadas que aparenta el pelaje de una cebra auténtica. No es burro, ni cebra, sino un burro-cebra, y más que una atracción turística ya es un icono de la ciudad. Tanto así, que un equipo profesional de baloncesto lleva por nombre Zonkeys, en honor a este animal.

El año pasado, por ejemplo, fue nombrado patrimonio cultural. Aun así, hay quienes señalan que estos animales no reciben un trato justo y por ello, exigen que se retire de las calles.

Bajo el agotador sol, los burro-cebra son el pretexto para vender fotografías a turistas nacionales y extranjeros, algo que la asociación civil Providanimal Tijuana, desaprueba tanto como en su tiempo a las corridas de toros y al uso de animales en circos.

Providanimal Tijuana, dijo para la agencia de noticias Notimex, que buscará desaparecer al burro-cebra argumentando maltrato animal.

Ivan Márquez, como portavoz de la asociación, sugirió que este ícono no era motivo de celebración pues "otros países lo perciben como un acto retrógrada" que además, no beneficia de forma significativa a Tijuana en términos económicos.

Buscando formas de no afectar a las personas que hacen negocio de este atractivo turístico, Márquez propuso reemplazarlos por replicas de fibra de vidrio, ya que en realidad, lo único que la organización discute es el uso de seres vivos.

Al respecto, el Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana (COTUCO) aseguró que no considera maltrato al cuidado que se le brinda a los burro-cebra, sin embargo, habrá que esperar a ver que se dictamina sobre la apelación al decreto de patrimonio cultural que interpuso Providanimal.

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Elizabeth.rosales@sandiegored.com