Lawrence Peter Berra no sólo fue un ícono de la franquicia más ganadora en cualquiera de los 4 principales deportes de los Estados Unidos. "Yogi" por su símil al sentarse como un profesor de yoga es y será un personaje del béisbol que al igual que Babe Ruth o Lou Gherig, trascendió las barreras del diamante.

El amado Yogi falleció el día de ayer a los 90 años, pero incluso para momentos lúgubres como el de ayer tenía frases o "yogismos" que se aplican al beisbol y a la vida en general. Cuando su esposa le pregunto hace años donde quería ser enterrado, Yogi dijo " sorpréndeme". Ese era Yogi Berra con sus famosas frases irónicas, reflexivas, sobre explicativas; frases de un hombre simple que jugaba como el máscara de los New York Yankees , pero que tenía una peculiar forma de ver la vida a través del juego de pelota y viceversa. A pesar de que "esto no se acaba, hasta que se acaba", la vida del cátcher de los Yankees y manager también de los Mets y los Mulos, se acabó a los 90 años dejando un gran legado de anécdotas. Lo más importante es que al recordar algunas de esas frase de Berra, la gente siempre lo recordaba y recordará ahora con una sonrisa. Yogi jugaba con más cabeza debido a su poco tamaño y el beisbol como él dijera, es 90 % mental y el 10% físico. Berra de ascendencia y padres inmigrantes italianos apenas terminó la secundaria para apoyar en casa a su familia. Berra de allí paso a las menores y es el jugador con más anillos de Serie Mundial con 10 en la época dorada de los Bombers habiendo jugado con figuras del tamaño de Mickey Mantle y Joe Di Maggio. Berra jugó 18 temporadas en los Mulos de Manhattan de 1946 a 1963 y fue cátcher de los Mets en 1965. Nadie jugó más clásicos de otoño que Yogi Berra y tiene el récord de hits (295), es segundo en carreras anotadas (41) sólo detrás de las 42 de Mickey Mantle. En HR Yogi es tercero con 12 con dos Mulos como el gran Babe Ruth (15) y Mantle (18) superándolo. En carreras producidas, el legendario cátcher tiene 39 ubicándolo en segundo lugar detrás de Mantle que tuvo 40. Yogi Berra además fue el cátcher del juego perfecto de Don Larsen en Serie Mundial en un hito que es casi imposible de repetir. En la Serie Mundial de 1956 en contra de los Brooklyn Dodgers se dio la hazaña de Larsen y Berra en el Juego 5. Berra perdió 4 Series Mundiales pero ahora es impensado que haya ese tipo de dinastías en la MLB actual. Berra inclusive estuvo en la Segunda Guerra Mundial en el desembraco en Normandia en el llamado Día D en 1944. Berra en 1946 debutó en los Yankees y el resto es historia. El SS Phil Rizzuto y el gran pitcher zurdo Whitey Ford fueron otros grandes Yankees que compartieron anécdotas y grandes victorias con Yogi. El éxito de esos Yankees del tiempo de Berra eran como un deja vu de nuevo parafraseando en español otro gran yogismo. El hecho de que Yogi fuera un buen cátcher llevando el juego de excelentes lanzadores como Whitey Ford o a Vic Raschi , Eddie Lopat y el Chief Allie Reynolds que eran el Big Three de pitchers abridores de los Yankees en esos tiempos. Berra además de ser el cátcher de esos lanzadores de época se relacionó por llevar una vida al estilo estadounidense y a gran manera. Berra era de una familia de inmigrantes italianos como mucha gente en Estados Unidos. Yogi fue empujado a una guerra como la Segunda Guerra Mundial y actualmente hay mucho veteranos en la Unión Americana. Berra después se enriqueció personal y socialmente con su carisma y al ser un ícono del deporte profesional más popular en ese tiempo en los Estados Unidos. Finalmente Berra pasó esa etapa y vivió una vida cómoda para seguir siendo venerado. Un ciclo de vida exitoso que mucha gente en diversos ámbitos sociales y profesionales ha tenido y con el que muchos se relacionaron con Berra. Yogi Berra tuvo su último juego como coach y manager de los Mets en 1965 y a pesar de ser despedido por los Yankees en 1964 tras llevarlos a la Serie Mundial y perder en 7 contra los Cards, siempre mantuvo lazos con la ciudad de Nueva York (manager de los Mets en 1965 donde perdió la Serie Mundial contra los Oakland Athletics). A pesar de que ya no estaba dentro del béisbol en sí, siempre se mantuvo vigente como un "national treasure" como muchos decían. Entre 1997 y 2009 escribió conjuntamente 8 libros y en 1998 fundó el museo de Yogi Berra. El cátcher de gran poder en sus muñecas tenía la facultad de reírse de si mismo como en otro yogismo que decía " soy feo, ya lo sé pero no bateó con la cara".

Berra tuvo 15 temporadas de 300 turnos al bate con votos para ser MVP en cada uno de esos años con una racha de 7 años de votos de MVP con sus tres MVP sumado a segundo lugar dos veces y una vez cuarto de la Liga Americana para ser el Jugador Más Valioso. Aunado a esos blasones estaba el swing pintoresco de Berra. Yogi tenía un swing del bate a manera de lazo muy poco estético pero efectivo. No por nada conectó 358 carreras y remolcó 1,430 con un promedio de .285 de por vida en su carrera.

Yogi tenía la cualidad de ser muy agresivo en el plato haciendo swing a cualquier tipo de lanzamiento y creciéndose en los momentos clutch y más en los últimos innings en que su promedio de bateo en 1950 por ejemplo pasaba de .287 a .316 en último tercio de cada partido. Berra a pesar de ser muy agresivo, tiene la distinción de ser junto a Joltin Joe, el único en dar 350 cuadrangulares sin poncharse 500 veces .

Berra estuvo en la primera Serie Mundial televisada en 1947 entre los Yankees y los Brooklyn Dodgers. La Serie Mundial de 1955 en que los Brooklyn Dodgers por fin ganaron el título con el robo de home de Jackie Robinson como gran recuerdo beisbolero. En 1960 en el clásico de otoño contra los Pittsburgh Pirates tuvo asiento de primera fila para observar el hasta ese momento primer walk off HR para acabar una Serie Mundial en el palo de cuatro vueltas de Bill Maserowski. En 1969 estuvo como coach de tercera base de los milagrosos Mets de 1969 que derrotaron en 5 juegos a los favoritos Orioles de Jim Palmer, Mike Cuellar y Dave McNally en la lomita con los legendarios Brooks y Frank Robinson en el infield y outfield respectivamente. En 1977 observó los tres HR de Reggie Jackson en la Serie Mundial además del HR de Bucky Dent en 1978 en el juego de desempate contra los Boston Red Sox por el Este de la Americana en Fenway Park.

En 1985 fue despedido tras 16 juegos por George Steinbrenner y eso parecío la ruptura fuerte, pero uan década después regresó al viejo Yankee Stadium. Yogi regresó tras una disculpa del polémico manager Steinbrenner y en un día que atrapó la primera bola de su amigo Don Larsen, David Cone lanzó el tercer perfecto en la historia de los Yankees contra los Montreal Expos formando batería con Joe Girardi.(David Wells- Jorge Posada el 17 de mayo de 1998 fue el segundo un año antes).

Yogi siguió manteniendo contacto con los Yankees con las nuevas figuras como el manager Joe Torre que ganó cuatro Series Mundiales o el parador en corto emblema Derek Jeter. Yogi era siempre el bien amado por todos aunque no le fueran u odiaran a los Mulos de Manhattan. Esa era la magia de Yogi Berra, el caerle bien a todo mundo y fraternizar con todos dentro y fuera del béisbol.

Berra siempre mantuvo esa actitud humilde y de lealtad a su familia y amigos. Otro yogismo decía " uno siempre debe ir al funeral de otras personas; de otro modo ellos no van a ir al tuyo". Yogi tenía yogismos excelentes y algunos pueden ser una reflexión de los últimos momentos de vida de una persona. "Nadie va allí, está demasiado lleno"; el cielo está lleno de buenas personas y una de ellas ahora es Yogi Berra.

Twitter:@AlejandroCasaas.