Estudios del Instituto de Política Migratoria (Migration Policy Institute – MPI) muestran que México expulsa más de 2 mil centroamericanos a la semana, el doble de inmigrantes que Estados Unidos regresa a sus países de origen.

La mayoría de los detenidos en la frontera, son de Guatemala, Honduras y El Salvador. Las deportaciones han aumentado un 25 por ciento desde que México activó el Plan Frontera Sur.

"Jamás se trató de un plan, sino de un operativo encubierto que le está facilitado la política migratoria a Estados Unidos", afirma Alberto Donis a El País, coordinador del albergue Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca.

La mayoría de las personas expulsadas del país son adolescentes y niños que cruzan solos para llegar a Estados Unidos. La cifra ha pasado de 4 mil en el 2010 hasta más de 18 mil que se registraron el año pasado.

A más de un año que se implementara el Plan Frontera Sur, sus estrategias han provocado un cambio en las rutas que toman los inmigrantes para subir hasta la frontera norteamericana. Cambian el tren por transportes colectivos y caminos escondidos que recorren a pie.

Los nuevos trayectos que siguen los centroamericanos han resultado más peligrosos que subir a la Bestia, ahora es más común que se enfrenten a extorsiones, secuestro, robo y trata de personas.

Al tanto que Estados Unidos quiere reducir las cifras de deportación a la mitad, México se dedica a detener más del 70 por ciento de centroamericanos que entren al país para el próximo año.

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miranda.garcia@sandiegored.com