Este fin de semana, SanDiegoRed tuvo la oportunidad de ser invitado a un partido de baloncesto colegial en el Viejas Arena, entre los Aztecs de San Diego State University y los Rebels de la Universidad de Las Vegas, parte del March Madness de la NCAA, un partido que resultó en una paliza para la visita y un excelente último juego de la temporada regular en casa para los sandieguinos, con el marcador final de 92-56.

Foto: SanDiegoRed.com

Esa victoria fue, en cuestión de la nota, lo más importante, pero en cuanto a experiencia había un detalle a destacar: Mi primera vez en un partido de baloncesto colegial en Estados Unidos.

Los jóvenes de la NCAA están prácticamente a un paso de una liga de élite como lo es la NBA. El asistir a un partido colegial es un acercamiento a los futuros talentos que nutritán las plantillas de los equipos que juegan el baloncesto de más alto nivel.

Lo primero que nos resultó curioso fue la asistencia. El recinto tiene capacidad para poco mas de 12 mil personas y estaba prácticamente lleno, con el público dividido entre estudiantes, egresados -incluso de un edad considerable- y hasta niños, todos portando el color rojo de la universidad.

El sentido de pertenencia es otro detalle que sale a relucir de inmediato, un poco diferente a lo que se ve al sur de la frontera, sobre todo en las universidades, ya que pocas universidades en México cultivan tanta identidad académica como en Estados Unidos, en donde apoyo no se detiene en ningun momento del partido.

Alec D'Hagey de Toyota/Scion, con el famoso "Monty Montezuma" de SDSU. Foto: SanDiegoRed

Previo al silbatazo inicial se realizó un homenaje a los jugadores clase senior de la plantilla, vitoreados y aplaudidos por todos los asistentes. La cercanía con Nevada provoca una rivalidad casi por decreto. Había cartulinas mostrando un juego de palabras con UNLV (Universidad de Nevada Las Vegas) y UnLoVeD (no queridos o no deseados). El rechazo se hizo sentir cuando al presentar al cuadro titular visitante, todo el público —incluyendo un grupo de marineros uniformados que visitaron el partido— les dio la espalda.

Arrancó el partido y fue un simple trámite. Al final de la primera mitad los Aztecs tenían una ventaja que se mantenía alrededor de los 30 puntos. Destacable la actuación de Winston Sheppard y Trey Kell, quienes anotaron 18 puntos cada uno.

Por su parte, Malik Pope y Dakari Allen aparecieron en momentos clave de la primera mitad para, con sus triples, crear un margen de ventaja que diera comunidad el resto de los minutos a los locales.

El concurso por un carro. Foto: SanDiegoRed.com

Durante el espectáculo de medio tiempo resaltó el concurso entre varios estudiantes participantes con la oportunidad de ganar un nuevo Scion iA 2016. Tras encestar desde diversos puntos, la ganadora fue la joven Briana Sinclair ganó, sumamente agradecida con la agencia y emocionada, pues el haber ganado el auto representaba una nueva opción de transporte para al fin abandonar su viejo Nissan modelo de 1995.

Briana con su Scion nuevo. Foto: SanDiegoRed.com

"No más carros descompuestos en el freeway, y puedo tener transporte confiable a la escuela, a trabajar, a donde sea que vaya y se ve muy bien!", dijo la entusiasmada ganadora.

La pizarra electrónica terminó mostrando un contundente 92-56 para los Aztecs, quienes logran cerrar la temporada regular con un tremendo espectáculo y aplastante derrota, dejando totalmente felices a los asistentes.

Una experiencia totalmente recomendada para cualquier amante del deporte. Seas aficionado o no del baloncesto, es un acercamiento al deporte ráfaga de más alto nivel, pues muchos de los integrantes de plantillas colegiales terminan, con el tiempo, en la NBA.

El ambiente estudiantil. Foto: SanDiegoRed.com

Mención especial para Steve Fisher y su trayectoria en San Diego State. Las ovaciones del público eran constantes y bien ganadas. Son tiempos exitosos para la universidad y Fisher es, en gran parte, responsable de los talentos que han surgido de la plantilla de los Aztecs desde 1999.

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