En la gran alfombra que cubre uno de los salones del Baja California Center se encuentran distribuidos sillones, mesas, lámparas, figuras de decoración y otros objetos que forman parte de la Expo Mueble 2016. Todos diferentes, cada uno con su estilo. De Tijuana y Jalisco. Y aunque se trata de objetos usuales en la vida diaria, detrás de cada mueble está su creador y su historia.

La tradición

Luis Rico, un hombre con tempranas canas, es el hombre que detrás de una mesita, hecha de mármol gris y metal, llama la atención por el fuego vivo en su centro, que arde sobre una tabla de metal.

Antes de los muebles, la familia de Rico buscó el sueño americano en trabajos por ahí y por allá. En ese tiempo al otro lado de la frontera notaron el gusto y fascinación de los norteamericanos por los muebles de México, un mercado y oficio al que entraron poco a poco.

Este 2016 cumplen 20 años desde que utilizan mármol, granito, herreria y madera para construir los muebles que venden en su negocio familiar en Rosarito, Exotérmica se llama. "Nos tocó la época dorada y la época gris", cuenta el fabricante con las manos en los bolsillos. "Anteriormente lo que fabricáramos se vendía, ahora tenemos que hacer cosas por pedido".

Pero a pesar del buen panorama con un segundo local abierto, el negocio familiar de dos generaciones puede que termine con Rico. "Es muy difícil que a los hijos les guste lo mismo que tú haces", explica al saber que sus hijos se encuentran interesados en desarrollarse en otras carreras.

La innovadora

Ese no fue el caso de Ossiel Calvillo, quien pensó que su negocio de más de 30 años se dirigía hacia el mismo giro: láminas decorativa de madera auténtica. Hasta que hace unos meses su hija Sandra quiso hacer productos nuevos con las sobras de madera de su padre: muebles rústicos con materiales reciclados.

El negocio Sandra y Ossiel se mueve entre Los Ángeles y la vieja carretera a Tecate, la que lleva hasta Valle de las Palmas. Los viajes terminaban siempre igual, con mucha hambre, pendientes y con 5 por ciento de batería en el celular. Y al ir a un restaurante fue donde Sandra tuvo la idea de percheros con conexiones de luz.

"Me irritaba que no hubiera cargadores y percheros para colgar las bolsas en los restaurantes", explicó la chica de anteojos, que es vicepresidenta del negocio de su padre, Ossiveneers.

El señor Ossiel aprecia que su hija se haya mantenido interesada en el negocio familiar, pero confiesa que aún se está acostumbrando a las nuevas ideas.

El artista

En relación con las ideas poco comunes, el trabajo que destaca en la primer exposición mueblera en Baja California, es el de Edgar Lamas, quien asume su papel de fabricante, pero no puede negar su perfil de artista.

Lamas llegó a Tijuana a los 10 años, titubea su estado de origen porque dice que se identifica como tijuanense a pesar de no nacer aquí.

Sus muebles se combinan con el arte, combinando la madera los metales, obras que define como exóticos. Él no tiene un nombre para su técnica, sólo lo describe como un trabajo similar al de joyería.

Antes de introducirse a la industria del mueble, Lamas tenía una fascinación por la pintura de carros y motocicletas. Al final, todo lo que aprendió en aquello, terminó aplicándolo a sus muebles y cuadros de arte.

"Cuando iba con los expertos me decían que no iba a poder, pero este fue un detonante", afirma el mueblero-artista sobre cómo llegó a cumplir 15 años en este trabajo especializado al que por pieza le dedica de 300 a 500 horas de trabajo.

Al igual que la mayoría de los trabajos originales de este tipo en la región, el arte mueble de Lamas es demandado por norteamericanos. "Es increíble que se es más conocido fuera de casa que en ella", expresó, sin embargo no duda que sea posible que su trabajo pueda ser reconocido en la región.

Fotos por Daniel Esparza

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