Nueva York, 15 mar (EFE).- Un pasajero y el conductor de un autobús que partió de Nueva York con dirección a Filadelfia han fallecido en un accidente, lo que supone el segundo siniestro mortal con este tipo de vehículos que se vive en el área de Nueva York en menos de una semana.


Las autoridades de Nueva Jersey, el estado vecino de Nueva York donde acababa de adentrarse el vehículo en el momento del accidente, investigan hoy las causas del siniestro que, además de los dos fallecidos, ha dejado cinco heridos graves entre los 43 pasajeros que iban en el autocar, que había salido en la noche del lunes del barrio de Chinatown en Manhattan.


Precisamente a ese mismo barrio neoyorquino se dirigía el autobús turístico que el pasado sábado volcó en una autopista del barrio de El Bronx, en un accidente que provocó la muerte de quince personas y que conmocionó a la comunidad china de Nueva York, de la que formaban parte la mayoría de los pasajeros.


Los fallecidos en el nuevo accidente son el conductor del autobús, Wei Wang, de 50 años, y el pasajero Troy Nguyen, de 20 años, mientras que los heridos de distinta gravedad se cuentan por docenas, según detalló la Policía del estado de Nueva Jersey.


El accidente, en el que sólo se vio involucrado el autobús en cuestión, obligó a las autoridades a cerrar los carriles en dirección sur de la autopista conocida como New Jersey Turnpike, mientras sus causas continúan sin estar claras.


Las autoridades confirmaron que uno de los neumáticos del autobús estaba pinchado y que el conductor perdió el control del vehículo que chocó contra un paso elevado de la autopista y siguió avanzando hasta estamparse finalmente contra una estructura de canalización de aguas.


La Policía del estado de Nueva York sigue investigando, por su parte, las causas del mortal accidente del sábado, mientras salen a la luz nuevos detalles del historial delictivo del conductor, Ophadell Williams, de 40 años, quien dijo que el siniestro se debió a que un camión tráiler chocó contra el autobús, una versión cuestionada por las autoridades.


Williams pasó más de dos años en la cárcel por participar en un apuñalamiento en 1990 y fue condenado después por un delito de robo debido a que se apropió indebidamente de un cheque de 83.905 dólares de un fondo de una liga atlética de la Policía.


Además, le habían anulado el carné de conducir en los años noventa por no pagar varias multas de tráfico.


El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó que se abra una investigación que determine por qué, "pese a su historial penal y de conducción", Williams fue capaz de obtener y renovar un permiso de conducir para vehículos comerciales".