Estados Unidos

Las madres deportadas rehacen sus vidas en Tijuana

Las familias separadas son parte del debate de migración en Estados Unidos

Eran las 3:30 de la mañana cuando Emma Sánchez le dio un beso de despedida a su esposo antes de que partiera al trabajo una mañana de Junio. Mientras Michael Paulsen llevaba a sus tres hijos a la escuela de vuelta a la frontera Estados Unidos-México, Sánchez regresó a la cama. Horas después, despertó sola en una casa de dos pisos a las afueras de Tijuana.

La pareja ha seguido la misma rutina durante una década. Deportada a México desde el 2006, Sánchez ha vivido sola en Tijuana, mientras que su esposo Paulsen, y sus tres hijos, los cuatro ciudadanos americanos, viven en Vista.

Sus vidas separadas por la frontera forman parte del debate ante las políticas de migración de los Estados Unidos. Los activistas resaltan el costo que las políticas estadounidenses de separar familias, mientras que los críticos manifiestan que estas familias podrían permanecer juntas si decidieran vivir en un lugar en el que ambos padres viven legalmente.

La primera mitad del año 2014, control de aduanas y migración deportó a 22,088 inmigrantes sin permisos, quienes clamaban tener al menos un hijo nacido en Estados Unidos, de acuerdo a los datos más recientes de la agencia. Expertos y activistas estiman que cientos de estos padres viven ahora en Tijuana.

"El grado al que las familias, mujeres y niños se han convertido en el target principal está fuera de lugar," dijo Ev Meade, directos del Instituto Trans-Frontera en la Universidad de San Diego. "Históricamente, nunca hemos estado en una situación en la que las familias fueran separadas de esta manera."

Los padres inmigrantes ilegales eran un elemento primordial para el plan de Obama de proveer sosiego ante las deportaciones a más de cinco millones de personas. Aunque su plan no hubiera afectado a padres como Emma Sánchez, quienes ya han sido deportados, habría ofrecido protección legal a padres que permaneces ilegalmente en la Nación.

De acuerdo al reporte del mes enero por el Instituto de Políticas en Migración, habían más de 5 millones de menores de 18 años viviendo con al menos un padre ilegal entre el 2009 y 2013.

La Suprema Corte marcó un punto muerto en Junio, bloqueando la acción ejecutiva de Obama.

Críticos del plan de Obama dicen que los inmigrantes que conscientemente cruzan la frontera de ilegales no tienen ningún derecho de estar en los Estados Unidos en primer lugar, donde arrebatan recursos y oportunidades laborales a otros Americanos.

Argumentan que la deportación es el castigo justo para dichas acciones.

Oficiales de la ICE expusieron que el 97% de los padres deportados en el 2014 contaban con al menos una de las prioridades a tomar en cuenta de la agencia. Eso incluía personas con previas convicciones criminales y deportaciones.

El tema surgió como un problema mayor en las elecciones de este año, con la nominada democrática Hillary Clinton, quien abogó por la reforma migratoria, incluyendo la mención de la unificación de familias con estados legales mixtos, y el nominado republicano Donald Trump pidiendo un muro más grande que separe a los Estados Unidos de México, y mayor consecuencias para aquellos que entran ilegalmente al país.

El presidente de la Federación por la Reforma de Migración Americana, Dan Stein, declaró que el término "re-unificación de familia" ha sido apropiado por "personas que voluntariamente deciden romper las normas de migración y después regresar y decir que tienen el derecho de alivio equitativo ante las consecuencias de sus propias acciones."

"Estamos hablando sobre personas que simplemente quieren una mejor vida para sus hijos y están dispuestos a romper la ley para conseguirlo," Stein dijo.

Si uno de los padres es deportado, tendría sentido que el individuo se llevara a sus hijos con él. El legalizar a millones de migrantes ilegales en los Estados Unidos sólo significaría un incentivo para millones de familiar más a cruzar la frontera ilegalmente, declaró.

Sánchez reconoce que migró ilegalmente a los Estados Unidos, pero piensa que el castigo es demasiado severo.

"Entiendo que no tengo autorización y sé que hice algo incorrecto que fue en contra de las leyes estadounidenses, pero no soy un criminal," ella dijo. "No he cometido ningún delito mayor como robos, asesinatos o prostitución."

Sánchez ingresó ilegalmente a los Estados Unidos en el 2000.

Conoció a Paulsen en Vista, poco después de ingresar. Él la vio en una parada de autobús frente al taller en el que trabajaba como mecánico. Paulsen no sabía nada de español en el momento, ambos utilizaron a un conocido como traductor. La pareja se casó a sólo un mes de conocerse, en una ceremonia civil en Vista.

Sánchez estaba haciendo la documentación para legalización en el 2006 cuando fue sacada del país, a una cita con las autoridades de migración en el consulado estadounidense en Ciudad Juárez. Las autoridades le comunicaron que tendría prohibido regresar a su hogar en Vista por 10 años, a pesar del hecho de que Paulsen, de 51, fuera ciudadano estadounidense y veterano de la Marina.

"Mi mundo entero se destruyó. Sentía que flotaba, como si no fuera real. Entras en shock. No puedes creer que en un minuto están destruyendo tu vida, tu familia," Sánchez dijo en español, desde su casa en Tijuana. Ella le dijo a su esposo que deberían divorciarse.

"Pensé, ´¿cómo vamos a vivir así?, yo en México y mi esposo en los Estados Unidos?´"

Durante sus primeros tres meses en México, Sánchez se quedó con sus tres hijos en un resort de Los Cabos, donde su hermano vivía. Su hijo más grande, Alex, tenía 5 años, Ryan 3, y Brannon, 2 meses.

Pero Paulsen quería estar más cerca a su familia. Rentó una casa en Tijuana para Emma, donde ha vivido desde entonces con su hermana y sobrino por una década. Aunque planeó mudarse a México, Paulsen se dio cuenta de lo escasas que eran las oportunidades de trabajo en México, y cruzar la frontera diario sería difícil.

Así que Paulsen maneja 80 millas cada fin de semana a su hogar en Tijuana en Villa Fontana. Sólo ha fallado en un par de ocasiones cuando tuvo una cirugía de corazón abierto.

"Aunque los veo durante los fines de semana y vacaciones escolares, sé que estoy ausente durante sus enfermedades y actividades de día a día. Sé que me necesitan y que he estado ausente en los momentos más importantes de sus vidas," lamenta Sánchez.

Traducción: Azelia Mejía

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