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Crítica: Blue Demon - Temporada 1

¿Cómo le fue a la serie de Blim basada en el famoso luchador?

Desde mi infancia (de hecho, desde que tengo memoria) fui aficionado a las cintas de luchadores (principalmente las de Blue Demon). En retrospectiva admiro los múltiples niveles en los que funcionaban esas producciones: cuando era niño me entusiasmaba la acción, las máscaras y los inmensos laboratorios donde operaban los villanos; ya en la adolescencia las distintas historias eran una fuente inagotable de humor involuntario y ahora, en la edad adulta, aprecio el enorme trabajo detrás de este sub género, así como la inocencia de los argumentos y de los personajes, cuyos torpes elementos representaban en los sesentas y setentas aquel característico optimismo dentro del cine de aventuras.

Por ello, cuando me enteré que se tenía preparada una serie televisiva dedicada al célebre Blue Demon, me entusiasmó muchísimo la idea. Sin embargo me pareció un tanto inexplicable que los creadores Carlos Algara, Alejandro Martínez-Beltrán y la plataforma digital Blim hayan perdido la oportunidad de introducir al clásico luchador a una nueva generación por medio de una historia que se desarrollará dentro del mundo fantástico del personaje y por el contrario limitarse a convertir esta serie en un simple drama biográfico, cuyo argumento y calidad de producción apenas difiere de las decenas de telenovelas que inundan el mercado de la televisión abierta con sus historias convencionales.

Al principio de los extensos 20 episodios que conforman esta serie se nos advierte vehementemente que no veremos una biografía "real" de Alejandro Muñoz alias Blue Demon, sino una historia imaginaria que aspira a retratar su recorrido en la vida, de humilde minero en la ciudad de Monterrey a luchador profesional que marcará toda una época en la cultura popular mexicana.

De ese modo presenciamos a un joven Alejandro Muñoz (Tenoch Huerta) quien después de una infancia llena de altercados vive con su tío (Silverio Palacios). Sin embargo y debido a sus habilidades se involucra por necesidad en el mundo de las peleas clandestinas manejadas por el criminal Larrañaga (Tomás Goros) de quién no le será fácil deslindarse. Afortunadamente Alejandro se topa por casualidad con el célebre ex luchador y entrenador Ignacio Vera (Joaquín Cosío) y así, lleno de curiosidad por el colorido mundo de la lucha libre, Alejandro inicia una aventura que se transformará en un viaje, donde enfrentará sus temores, al mismo tiempo que encontrará la amistad en la figura de Charlie (Ianis Guerrero) un luchador en ascenso y también el amor de su vida con la joven enfermera Goyita Vera (Ana Brenda).

De entrada, el libreto echa mano de toda la libertad creativa que le es posible, forzando así demasiados elementos a lo largo de los episodios. Cierto, el gran ensamble de actores y su desempeño es notable por derecho propio sintiéndose confortables en sus papeles y con pleno dominio de sus respectivas técnicas.

No obstante Blue Demon resulta a ratos aburrida y frecuentemente absurda. Nadie espera riguroso realismo en estos dramas biográficos, pero hubiera apreciado más argumentos lógicos y menos desplantes emocionales que quizás elevan el volumen del drama, pero disminuyen la credibilidad. Además, los villanos resultan un tanto caricaturescos, en especial Tomás Goros como un gánster pachuco. Y aunque por momentos disfruté esa ridícula imitación de Edward James Olmos en Zoot Suit, en muchas ocasiones esos elementos me sacaron de la trama.

Por otro lado, el guión se muestra sumamente inflado por demasiadas sub-tramas que a fin de cuentas no conducen a ningún lado. El romance prohibido que entabla el personaje de Charlie con una prostituta cubana son en gran medida irrelevantes. Claro, la actriz que la interpreta es atractiva y añade una medida de tensión sexual pero sus escenas terminan aburriendo por interponerse con eventos más interesantes. Silverio Palacios contribuye su considerable talento en un papel pequeño e inconsecuente, y Rocío García está perfectamente desperdiciada como una mujer que aspira a ser boxeadora.

Los directores Mauricio Cruz y Javier Solar que se encargan de los 20 episodios muestran poco celo artístico en la realización de esta producción (algo que tampoco sorprende dado su trabajo previo que incluye abundantes episodios de narco novelas, como La Reina Del Sur, La Querida del Centauro, Señorita Pólvora, entre otras), y me atrevo a sugerir que con un director más audaz y efectista hubiera sido mucho más entretenida... y aún menos creíble. La cinematografía es muy vistosa y el diseño de producción saca algo de provecho de las locaciones. En otras palabras, podemos distraernos durante las partes aburridas admirando los escenarios y la decoración. Y a la hermosa Ana Brenda.

Con la televisión invadida de telenovelas biograficas (Hasta Que te conocí, Celia, Por Siempre Joan Sebastian) tal vez Blue Demon no aporta mucho al género, pero la calidad de sus actores y sus malabares lógicos quizás justifican una recomendación modesta, sobre todo para espectadores que no busquen demasiada credibilidad, sino buenas actuaciones.

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Cuauhtémoc Ruelas es crítico de cine y conductor desde hace 8 años para distintos medios de comunicación en la ciudad de Tijuana. Con un diplomado en periodismo cultural, es fanático del cine nacional, drama y cine de acción. Puedes seguirlo a través de @esquinadelcine y su canal de video a través de Telenú.

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