Una mujer residente de Ocean Beach se encontraba de vacaciones en Rosarito y se vio envuelta en la protesta al "gasolinazo" que estaba sucediendo en Baja, ella comenta que fue atracada por un policía mexicano que tomó su teléfono celular y rompió las llaves de su carro, dejándola sin manera de dejar el país.
Brittany Hobson, de 25 años de edad, estaba visitando la ciudad con playa turística junto con su madre, de 72 años de edad, y su hija de 7. Estaban alojándose en una casa en Benito Juárez, no muy lejos del almacén de gasolina principal de la región. Las protestas habían estado ocurriendo por días ya, y Hobson dijo que se había querido regresar a casa desde el sábado pero no lo hizo debido a la situación difícil de la frontera.
Hobson cuenta que dejó la casa después del atardecer, la noche del sábado, y se dirigió al mercado a comprar vegetales. La calle estaba bloqueada por personas que sostenían carteles, así que se estacionó y camino la calle restante hasta la tienda. Dijo que la situación le pareció tranquila así que no le preocupó mucho, pero cuando salió de la tienda escuchó lo que sonó como un tronido y los protestantes comenzaron a correr hacia todos lados.
Hobson dice que entonces ella corrió junto con ellos, pero se quedó atrás porque traía pantuflas. Fue entonces cuando sacó su teléfono celular para llamar a su abuela pero fue jalada del cabello por un oficial cubierto en equipo contra motines.
"Me dijo que viera al piso y me pusiera de rodillas," ella dijo. Le quitó su celular y se paró sobre sus llaves del carro, las cuales se le habían caído.
Hobson cuenta que intentó explicar repetidas veces que no estaba involucrada en la protesta, pero sus intentos cayeron en oídos sordos. Llegó al punto en el que el oficial le dijo que si no se callaba iría a prisión.
Sus manos estaban atadas en su espalda y fue subida a una van de policías en la cual ya estaban dos hombres y dos mujeres detenidos. Hobson cuenta que uno de los hombres tenía una gran cortada en la frente y sangraba bastante.
Mientras ella seguía llorando y pidiendo que se le dejara ir, localizó a un policía que la sacó de la van justo antes de que se cerrara la puerta de ésta.
Él le hizo un par de preguntas y después la dejó ir tras decirle que no quería volver a ver su rostro por ahí de nuevo. Pidió su teléfono de vuelta y le dijeron que levantara un reporte.
Asustada y nerviosa, Hobson regresó a su casa rentada en la cual su familia y ella han estado atorados desde entonces.
"Estuve en el lugar incorrecto en el momento equivocado," dijo Hobson.
Este lunes, ella se encontraba intentando resolver su situación. Dijo que le daba miedo ir a la policía pero que iría si uno de sus vecinos la acompañaba. Hobson duda poder recuperar su teléfono, ya que el oficial que lo tomó ni siquiera le preguntó su nombre.
También está el problema de las llaves de su carro. Hobson dijo que los negocios de la avenida principal estaban cerrados así que aún no sabe qué hará respecto a ello. Ella rentó la casa en la que están hasta el miércoles.
""Los últimos días me han parecido irreales al haberme encontrado enredada en medio de esta crisis de Tercer Mundo," dijo Hobson. Dice que todo lo que ella y su familia quieren hacer ya es regresar a casa.
"Seré extremadamente feliz cuando cruce la frontera de una vez por todas," declaró.
Nota original de San Diego U-T.
Traducción: Azelia Mejía
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