El pasado 20 de enero, Barack Obama, se convirtió en expresidente de los Estados Unidos. Luego de ocho años de mandato el demócrata dijo adiós a la Casa Blanca para convertirse en un jubilado federal.

Su pensión como expresidente será de 207.800 dólares anuales, un poco más de la mitad de su salario presidencial.

El exmandatario también recibirá la protección del servicio secreto de por vida, además de una partida para cosas como viajes, gastos de oficina, comunicaciones y cobertura de salud.

Todos los expresidentes estadounidenses reciben siete meses de salario por sus servicios durante su "transición", esto con la intención de ayudarlos a adaptarse a la vida después de su periodo presidencial.

Las pensiones y otros beneficios fueron creados en 1958, cuando el expresidente Harry Truman estaba pasando problemas financieros. Los pagos anuales son iguales a lo que los secretarios de gabinete ganan en un año.

Con información de CNN Español.

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