Sanhe es una ciudad en China en donde los niños que asisten a la guardería Jardín Dorado mantienen un contacto con la modernidad al jugar y ser cuidados por robots.

El objetivo de KeeKo es que los pequeños se acerquen a la tecnología y puedan utilizarla con confianza, pues una de las actividades que este robot realiza es pedirles que cuenten pequeñas historias cerca de él para luego reproducirlas en forma de cuento con un poco de música.

"Keeko ayuda a mejorar la expresión oral, la lógica y la capacidad espacial de los niños" comenta la profesora Gao Haiyan a EFE.

El robot está diseñado con formas sencillas pero agradables a la vista de los niños lo cual es más fácil para las escuelas que puedan interactuar sin perder tampoco la educación tradicional china, como la enseñanza de kung fu y caligrafía.

De Agencia Efe para El Heraldo

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