Redacción EE.UU., 5 feb (EFE).- El comisionado de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), Roger Goodell, es consciente que no puede tomar partido por ninguno de los dos equipos que el domingo decidieran en el "Cowboys Stadium" el título del Super Bowl XLV, pero está feliz con la presencia de los Steelers de Pittsburgh y Packers de Green Bay.
A pesar de la perspectiva de una posible huelga laboral que se cierne sobre el futuro de la NFL, Goodel quiere disfrutar al máximo, de imparcial, la celebración del Super Bowl que culmina una temporada que ha sido muy positiva para el deporte del fútbol americano profesional.
La NFL, que alcanzó nuevas cumbres de popularidad -pese a una serie de problemas surgidos fuera de la competición-, terminará la temporada con dos equipos clásicos y llenos de experiencia en la lucha por el campeonato.
"Cuando uno considera este enfrentamiento y uno dice Steelers de Pittsburgh y Packers de Green Bay, eso es fútbol", enfatizó Goodel. "No se trata solamente de los fanáticos en el oeste de Pensilvania o Wisconsin. Tienen seguidores a nivel nacional".
Goodell reiteró que esa popularidad que tienen ambos equipos a través de todo el país es lo que hace que la cuadragésima edición del Super Bowl sea algo "especial".
"Creo que eso es lo que entusiasma a la nación y a todo el mundo. Es divertido. Esta es la celebración del juego que amo, que todos amamos, y creo que va a ser una noche espectacular", agregó el comisionado.
La valoración de Goodell no se le puede cuestionar ya que si algo tiene el Super Bowl del domingo es la aportación de mística, tradición y triunfos logrados por ambos equipos en las finales y que se remonta a las mismas raíces del propio deporte del fútbol americano.
Los Steelers (14-4) son el equipo que más veces ha ganado el trofeo Vince Lombardi, con seis, y va en busca de la séptima coronación en el Cowboys Stadium.
Mientras que los Packers (13-6) tienen tres títulos de Super Bowl, incluyendo los dos primeros bajo la conducción de Lombardi y otro en 1997 cuando tenían en la dirección del juego al legendario mariscal de campo Brett Favre.
Tanto los Packers como los Steelers cuentan con 16 titulares formados por ellos mismos, respetando al máximo su estilo tradicional de juego.
Sus formaciones defensivas son demoledoras, encabezadas por los dos jugadores que más votos captaron en la elección al mejor jugador defensivo de la campaña: el safety Troy Polamalu (Steelers) y el linebacker Clay Matthews (Packers).
Además sus mariscales de campo, con estilos y personalidades diferentes, son también creativos y saben como dirigir al equipo al triunfo, lo que les ha hecho merecedores a Ben Roethlisberger (Steeleers) y Rodgers (Packers), merecedores de estar en la elite de la NFL.
Si todo depende de los mariscales de campo, los dos equipos tienen motivos para estar confiados en que pueden darles los que desean a la hora del partido.
Rodgers ha estado imparable los últimos cinco partidos, mientras que Roethlisberger igualaría a Tom Brady y Troy Aikman con tres trofeos del Super Bowl y apenas está en su séptima temporada profesional, todo un récord difícil de igualar.
Es un enfrentamiento que podría decidirse según qué ofensiva imponga cierta superioridad sobre una defensa inmutable.
Nadie ha corrido eficientemente en campo de los Steeelers, y los acarreadores de los Packers han mejorado con el novato James Starks en la fase final, aunque no frente a una defensa tan poderosa como la de Pittsburgh.
El corredor Rashard Mendenhall, de los Steelers, se destacó en la victoria del campeonato de la Conferencia Americana (AFC) sobre los Jets con un total de 121 yardas, pero los Packers, con Dom Capers de coordinador defensivo, seguramente no se olvidarán cómo bloquear, algo que no hizo bien el equipo de Nueva York en la primera parte.
Ambos equipos tienen excelentes receptores, como Greg Jennings de los Packers y Mike Wallace de los Steelers, además de veteranos como Donald Driver, de Green Bay, y Hines Ward de Pittsburgh, que buscará como Roethlisberger su tercer título de Super Bowl.
Pero los secundarios son firmes encabezados por Polamalu, que será clave, al igual que el cornerback Charles Woodson, un defensivo veterano que está revolucionando su posición con una labor excepcional bajo la dirección de Capers.
"Dos grandes equipos", afirmó Polamalu. "No veo la hora de jugar".
La misma llegará sin problema con el frío que han traído a Dallas -nevó el viernes por segunda vez durante la semana del Super Bowl- por que hizo que ambos equipos se sintieran como en casa, lo que significa que el factor campo no será algo que afecte a ninguno de los dos equipos.
Además el partido se va a disputar con el techo retráctil del Cowboys Stadium cubierto y por lo tanto en un medio ambiente cálido y agradable para todos, por lo que sólo falta que gané el mejor y sea que sea habrá hecho historia en la NFL por ellos mismos ya lo son.