Por primera vez en la temporada los Chargers de San Diego se encuentran con una marca de más juegos perdidos que ganados pero este domingo tendrán la oportunidad de regresar a la senda de la victoria cuando visiten la cueva de los Osos de Chicago.
El desplome de la escuadra sandieguina ha sido dramática después de que en un punto de la campaña llegaron a estar con marca de 4-1.
Los Chargers han perdido sus últimos cuatro partidos y eso los tiene en el tercer lugar de la División Oeste de la Conferencia Americana con un récord de 4-5.
Lesiones al por mayor y la peor actuación de su mariscal de campo, Philip Rivers, desde que en 2006 se hizo cargo de la ofensiva de San Diego, han sido las piezas que han descompuesto, a la que no hace mucho tiempo, era una de las mejores escuadras dentro de la NFL.
Rivers suma 15 pases interceptados, la cantidad más alta en su trayectoria profesional en un sola temporada, y todavía le quedan seis duelos más que disputar en la campaña regular.
"No me puedo sentir mal conmigo mismo, hago mi trabajo en las prácticas, en los partidos doy lo mejor que tengo, no estoy frustrado", dijo Rivers después de la derrota que sufrió en contra de los Raiders de Oakland en el estadio Qualcomm.
Las palabras del quarterback de San Diego son para preocupar ya que al parecer no está aceptando que su incapacidad de hacer llegar el ovoide a las manos de sus receptores está perjudicando al equipo.
Tal vez Rivers quiera tapar el sol con un dedo basándose en la estadística que indica que la ofensiva aérea de los Chargers es la cuarta mejor de la liga con un promedio de 289 yardas por partido.
"Hay cosas buenas que rescatar para darle la vuelta a esta mala racha", dijo el entrenador en jefe de los Chargers, Norv Turner.
El optimismo del estratega contrasta con la realidad de una defensiva endeble y un juego terrestre inexistente.
Ryan Mathews, el corredor que se encuentra en su segunda temporada y que llegó para tomar el lugar de LaDainian Tomlinson, ha sido un desastre.
Aquejado semana tras semana por una serie de lastimaduras, el acarreador titular de San Diego apenas suma 543 yardas y solo tres touchdowns.
La ofensiva terrestre de los Chargers es la número 18 de la NFL con un promedio de 108 yardas por partido.
La trinchera de San Diego se ha colapsado bajo el mando de Greg Manusky quien está en su primer año como coordinador defensivo.
Los Chargers ocupan el lugar 25, de 32 equipos, en cuanto a puntos admitidos por partido con 25.
Un mariscal de campo que es interceptado en situaciones clave y una defensiva que recibe 25 puntos por partido es una receta perfecta para que cualquier equipo esté sumergido en la crisis que hoy envuelve a San Diego.
Chicago llega al juego de mañana en el segundo lugar de la División Norte de la Conferencia Nacional con marca de seis ganados y tres perdidos.
Esta nota fue publicada originalmente en Enlace, el semanario en español de San Diego Union Tribune. editorial@mienlace.com
