Redacción EE.UU., 26 ene (EFE).- La peor crisis personal que afecto al mariscal de campo Ben Roethlisberger la pasada primavera debido a sus acciones de conducta no sólo le dejó afectado anímicamente sino que también lo margino en el apartado profesional.
La suspensión sin poder jugar los cuatro primeros partidos de la temporada regular de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) con su equipo de los Steelers de Pittsburgh iba a ser el efecto real que le dejaron sus acciones personales.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, suspendió a Roetlisberger cuatro juegos al comienzo de la temporada por violar la política de la liga respecto a la conducta personal.
Roethlisberger fue acusado en marzo de agresión sexual a una estudiante universitaria de 20 años, pero un fiscal en Georgia no quiso presentar cargos en su contra.
Sin embargo, todas las dificultades vividas por Roethlisberger comenzaron a ser superadas en la medida que entró de nuevo al campo para ser el líder indiscutible del equipo al que poco a poco consiguió llegar de nuevo a un Super Bowl, el tercero en las últimas seis temporadas.
Un "Big Ben" renovado y bromista volvió a los entrenamientos de cara al partido más importante del año para demostrar que está feliz como persona y en plenitud como jugador.
Roethlisberger y los Steelers regresaron a trabajar el miércoles después de dos días de descanso tras vencer 24-19 a los Jets de Nueva York en el partido por el campeonato de la Conferencia Americana (AFC).
Esta es una rutina ya familiar para los Steelers, seis veces campeones de la NFL, que acuden al Super Bowl por octava vez en su historia y la tercera en seis años.
Sus rivales serán los Packers de Green Bay, otro de los equipos históricos, que se impusieron a los Bears de Chicago por 14-21 en la final de la Conferencia Nacional (NFC).
Ambos tendrán también el próximo 6 de febrero, en el "Cowboys Stadium", de Arlington (Texas), la oportunidad de enfrentarse por primera vez en su historia en un partido de Super Bowl.
Pero esta vez, el Roethlisberger que llega al partido no es el mismo de las dos veces anteriores, ha cambiado un poco, y no porque esté tratando de convertirse en apenas el quinto mariscal de campo en la historia de la NFL en ganar tres Super Bowls.
Sino porque, al margen de cual pueda ser el resultado deportivo final, Roethlisberger ya se siente un triunfador después de haber superado todos los graves problemas con los que le tocó enfrentarse antes del pasado verano.
Además también ha comenzado a saber apreciar la nueva realidad que vive con una perspectiva de alguien que ante todo se siente feliz y como tal parece estar disfrutándolo un poco más que sus dos primeros viajes al partido por el campeonato.
Roethlisberger hizo algunas bromas, se divertió mucho y ridiculizó a un periodista de otro estado que llamó "suéteres" a las camisetas durante una breve sesión con los medios de prensa antes del entrenamiento.
Cuando se le preguntó su opinión sobre el linebacker Clay Matthews de los Packers, seleccionado para el Pro Bowl, Roethlisberger recalcó lo obvio.
"Tiene el pelo largo, el número 52 y juega para los Packers", respondió.
¿Algo más?
"Es un animal. Es realmente, realmente bueno", afirmó. "Tenemos que tomarlo en cuenta y saber qué planea. No hay mucho más que decir sobre uno de los mejores jugadores en el fútbol estadounidense".
Cuando alguien le preguntó a Roethlisberger si estaba agradecido por haber llegado hasta aquí, fue muy directo.
"Esa es una pregunta tonta", respondió. "Este es el Super Bowl. Es con lo que uno sueña cuando es niño. Estoy increíblemente agradecido tan sólo por la oportunidad de representar a los Steelers y a la ciudad de Pittsburgh".
Más tarde otro periodista mencionó lo del suéter, y el mariscal de campo de los Steelers no desaprovechó la oportunidad de lanzarle unos dardos.
"¿Suéter? ¿Eres canadiense? Dijiste suéter. Eso es hockey. Nos ponemos camisetas", afirmó Roethlisberger, generando una sonora carcajada entre los profesionales que cubrían la rueda de prensa.
Su comportamiento abierto y amable con los medios de comunicación, siendo más accesible y participativo como persona ha sido uno de los cambios positivos que se han dado en la personalidad y comportamiento de Roethlisberger.
"Es un gran honor cada día el saber que uno juega para una organización como esta con dueños como (la familia) Rooney, entrenadores como (Chuck) Noll, (Bill) Cowher, (Mike) Tomlin y los profesionales que han engalanado los vestuarios en el estadio Three Rivers y ahora aquí", subrayó Roethlisberger.
Roethlisberger reiteró que eran muchísimos los nombres de los grandes jugadores que han pasado por la organización de los Steelers como para nombrarlos a todos.
"Lo único que puedo decir es que se trata de algo formidable, como lo es el formar parte de eso y poder decir que estás ahí para siempre", agregó el mariscal estelar de los Steelers.
