Con una atmósfera mezclada de melancolía y alegría, propia del rock de los años 60s, Black Hondo (banda san dieguina nacida en 2008), presenta su primer EP, un material con seis canciones cargadas con folk, country y rock and roll inspirado en grupos de aquellos años pioneros del género.
Su primer track es exquisito musicalmente, es un placer escucharlo con los ojos cerrados. Genial pieza de folk con sonido etéreo, cargado de una pequeña cantidad de psychedelic rock a su final.
En el disco completo se aprecian influencias folk, country, algo de soul y psychedelic rock y claramente mucho rockn roll, mismas que no niega el grupo, sino que por el contrario, las cobija y toma como suyas. Me resultó igualmente agradable recordar a su vez al también californiano Robert Francis.
En Pick Up Your Shit, sin abandonar su estilo de rítmica guitarra y percusiones nostálgicas, ofrecen un segundo track más energético en lírica y sonido.
Y con Walk For You, Black Hondo desarrolla una melodía ligera mediante el uso parsimonioso pero alegre de una guitarra que tiene en su cómplice a la batería. Muy buen tema sin duda.
Por otra parte, un agradable contraste lo encontramos en Movin On, que es quizá lo más folk de este trabajo. Es melódica, es alegremente country. Escuchando esta canción, y con un poco de esfuerzo e imaginación es fácil invocar imágenes campiranas, gente bailando al compás de una divertida armónica o bebiendo alrededor de un buen fuego rodeados por amigos en una noche fresca.
Posteriormente, en Downpour, escuchamos un sonido que me parece más depurado, una guitarra con intervenciones apropiadas y cierto sonido indie acompañado de desvanecimientos psicodélicos que le va bien al tema y al disco. Aunque no es el tema ni más alegre ni más característico de este material, considero que es el mejor trabajado en estilo, y sin duda puede sintetizar la propuesta musical de Black Hondo. Posteriores trabajos deben en mi opinión, explorar más esta ruta que ya trazaron.
Mexican Rockn Roll, sin dejar de ser folk, es por otra parte el track más alegre, que al atinadamente unir notas más ágiles que las del resto del disco con pausas ligeras invita a los pies a moverse.
Esta última canción resulta particularmente interesante para su análisis dentro del contexto del propio EP, sin olvidarnos por supuesto de disfrutarla primero antes de desmenuzarla. Todo esto en virtud de que es el único tema que tiene un comienzo con sonido de teclado, evocando un poco al suspenso y al gozo musical anticipado: escuchamos teclado simulando un órgano con sus notas graves que parecen eternas, lo son al menos por 24 maravillosos segundos, que después irrumpen en la alegría referida a esta canción con anterioridad, para posteriormente transcurrir en notas divertidas que se desvanecen en un final igualmente inusual para este disco, ya que culmina con la misma alegre energía con la que comenzó.
Es una pena que tan sólo dure un par de minutos, porque en verdad que resultan insuficientes para contagiarnos de toda su vitalidad.
Definitivamente esta banda promete buenas cosas.
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