Pareciera que el cáncer no es obstáculo en su vida. Con mejor semblante
y voz que la última presentación en la región, junio en la Feria de Del Mar, Joan Sebastian engalanó el palenque con todo aquel sentir que de su alma despide.
Sencillo y a la vez rejego con algunas del público, el hijo pródigo de Juliantla, se presentó en el palenque de la Feria de Tijuana ante unas 2 mil personas que decidieron acompañarlo.
Cobijado por 14 músicos y su banda sinaloense, el hombre de ojos verdes, empezó su concierto 15 minutos después de la media noche, enfundado en un traje negro y un saco en tono gris oscuro.
Fiel a sus sentimientos, Sebastian inició la velada con "Sentimental" un tema por demás apasionante que de inmediato provocó que el público se pusiera de pie.
"El poeta del pueblo"
prosiguió con "Tatuajes" antes de saludar al público, donde acudió entre ellos, el futbolista Fernando Arce, actualmente del equipo de los Xolos.
"Buenas noches Tijuana, agradecido con Dios, con mi público, ojalá se la pasen bonito",
destacó.
A sus 61 años de edad, el ritmo y sabor en su cuerpo siguen presentes, pues cada vez que llegaba un tema movido, el no dejaba de mover sus piernas, sus hombros y sus manos.
De sus éxitos trajo al redondel
"Me gustas", "El peor de tus antojos", "Diséñame", "Amorcito mío", "Con el alma rota", "Estuve", "Idiota" y "Juliantla", entre otras.
Y aunque confundió a Tijuana con Hermosillo, al público pareció no importarle o más bien, no le pusieron atención, porque la rechifla nunca llegó.
Agradeció a sus intérpretes a Vicente Fernández, Alejandro Fernández, Don Antonio Aguilar y Pepe Aguilar, a quién le produjo su primer disco con mariachi.
Se acercó a unas cuantas y a otras le permitió bajar sin menor problema al ruedo, pues una de ellas, aventó una a una rosa, hasta que el halago le valió para abrazarla, otras tuvieron la suerte de bailar a su lado.
A otra cumpleañera le dio su abrazo, luego de que esta en una pancarta se lo pidiera, logrando así su cometido.
"Sangoloteadito" fue uno de los temas más movidos que despertó la pista, literal en las gradas.
Fueron cerca de dos y quince minutos que José Manuel Figueroa, nombre de pila, logró evadir el estrés y acercar el cielo a los corazones a través de sus letras.
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