San Juan, 4 feb (EFE).- El maestro puertorriqueño Mariano Acevedo López sabe muy bien cómo transformar la vida de un alumno con necesidades a través de la música, por ello ha creado Salsuna, una orquesta de salsa para que los jóvenes desarrollen su talento.
Salsuna lo integran niños entre 9 y 13 años, con dificultades para aprender que, en la mayoría de los casos, provienen de hogares de escasos recursos económicos, con problemas de violencia infantil, divorcios o están desamparados.
"Antes no me gustaba la escuela mucho, pero aprendí a tocar y cantar. Me ha gustado y quiero venir todos los días. Es un privilegio", aseguró Denzel Molina, uno de sus estudiantes.
"Hay problemas de aprendizaje severo y no tan severo. Severo podría ser, no leer o escribir. Niños de 12 o 13 años que no leen o tienen problemas del habla", mencionó el maestro de música de la Escuela Elemental Juan José Osuna, en el municipio de Trujillo Alto.
El maestro puertorriqueño encontró en la salsa y otros ritmos caribeños la fórmula para que sus alumnos no abandonen la escuela y mejoren su disciplina y calificaciones.
"Aquí, estos niños canalizan sus problemas. Niños que no les gustaba la escuela o no querían venir a la escuela, ahora vienen todos los días por la música", asegura el maestro.
Para ser miembro de la orquesta Salsuna, los niños deben asistir regularmente a la escuela, mantener buenas calificaciones y tener una conducta excelente. A cambio, el maestro les provee los instrumentos para tocar, cantar y bailar.
"Muchos de los estudiantes de educación especial no saben leer y escribir. Pero saben tocar, cantar y bailar. Son niños que en clases, como español y matemáticas, tienen calificaciones de C, D y F. Sin embargo, tocan y cantan. Sé que tienen talento, y tenía que hacer algo con ellos", explicó Acevedo López, quien es músico desde los 11 años de edad.
Sin embargo, Acevedo López enfrenta a diario el reto de costear el anhelo de superación de estos niños.
"En la escuela anterior, no teníamos un salón. Empezamos a utilizar cajas de cartón con palitos de madera como instrumentos. Cuando nos mudamos aquí en 2008, me dediqué a comprar los instrumentos", recordó.
Y es que a pesar de que la Escuela Juan José Osuna pertenece al Departamento de Educación de Puerto Rico, esta agencia de gobierno no le provee los instrumentos básicos para que sus estudiantes puedan aprender música.
"Las Bellas Artes en Puerto Rico no cuentan con fondos económicos. Tenemos que depender de las donaciones o, como maestros, costear los instrumentos", denunció.
Precisamente, esto es lo que ha tenido que hacer: comprar con su salario los instrumentos para que estos niños puedan aprender a tocar.
El profesor dice que ha perdido la cuenta de cuánto ha invertido para adquirir congas, timbales, pianos, bocinas, micrófonos y demás instrumentos.
"Si se rompe un instrumento, pues compro otro. ¿Si quisiera tener más instrumentos?, claro que sí porque ahora mismo tengo pocos instrumentos para 23 niños y tengo que estar rotándolos… He pedido la ayuda, pero no ha llegado", explicó.
El maestro aseguró que su motivación para seguir con esta difícil tarea la encuentra en el interés que muestran los niños por la música.
"Aquí hay muchos niños con rezagos, pero que tienen talento. Entendí que en vez de darle una caja de cartón, podía darle un instrumento", afirmó.
Los niños de Salsuna interpretan canciones de salsa, merengue y bachata, entre otros. Se reúnen tres veces al día para aprender música, ensayar canciones y practicar con los instrumentos y ya han participado en varios eventos públicos de la escuela y su municipio. "Son 23 hijos adicionales a los que tengo", concluyó el maestro.