Fue elaborada en el siglo 19, allá por los 1800, como una lira totalmente funcional a pesar de no asemejarse a los modelos actuales de instrumentos musicales de cuerda.
Elaborado con un verdadero cráneo human, aun conserva rastros de piel y cabello original de quien vivió con esta osamenta unos 200 años atrás. Por si este material no fuera lo suficiente perturbador por si solo, el creador de la pieza agregó como detalle una cornamenta de antílope, cuyo propósito no es únicamente estético según podemos notar en la imagen, ya que sujeta uno de los extremos que tensa las cuerdas para producir sonidos.

Actualmente, este instrumentos forma parte de la colección del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York y no se encuentra en exhibición por el momento.
Vía iO9
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Elizabeth.rosales@sandiegored.com