Denver, 5 ene (EFE).- La nueva novela para adolescentes de René Saldaña Jr., "A Good Long Way", se enfoca en tres chicos latinos del sur de Texas y los caminos que eligen para alcanzar el sueño de independizarse.
Los retos de escribir para lectores adolescentes son muchos: crear personajes multidimensionales que reflejen la diversidad de su entorno, usar un lenguaje fresco y juvenil con el que puedan identificarse, no predicar y, sobre todo, mantener la tensión dramática.
Saldaña aborda estos retos con determinación y en esta nueva novela logra dominarlos para el deleite de sus jóvenes lectores.
La trama se desarrolla en el transcurso de 24 horas, en torno a tres jóvenes, los hermanos Beto y Roel, y su amiga Jessy, las aspiraciones de los tres y los obstáculos que enfrentan.
En su último año de la secundaria, Beto, el mayor de los hermanos, ambiciona independizarse y está convencido de que puede llegar a casa a la hora que quiera, lo cual le causa frecuentes disputas con su padre.
Tras una última pelea, su padre le dice que tiene dos opciones: acatar las reglas del hogar o irse de la casa.
Cegado por la frustración, Beto elige la segunda y parte inmediatamente.
El mayor de sus problemas es que no tiene adónde ir y, de primer momento, ni siquiera tiene los zapatos puestos.
Su hermano Roel trata de disuadirlo, pero Beto está cansado de que lo traten como a un niño y le digan qué hacer y a qué hora llegar.
La decisión de Beto afecta a toda la familia, historia que Saldaña cuenta mediante el uso de distintas voces narrativas.
Esta estrategia hace que la lectura fluya rápidamente y le permite al autor mostrarnos los conflictos internos de sus personajes.
La historia de Jessy, una chica corajuda cuyo ambiente familiar es inestable y violento, se narra en segunda persona como si fuera la voz de su conciencia.
Esta estrategia funciona bastante bien, y la elección de emplearla con el personaje femenino revela inseguridades y retos específicos a una adolescente.
Sin embargo, a veces el autor cambia a tercera persona para proveer información de fondo y esto resulta un poco desorientador.
Uno de los grandes temas del libro es cómo los chicos son víctimas de estereotipos dañinos.
Roel, un chico estudioso, aplicado y con grandes metas para su futuro, lucha para que sus maestros no lo vean como una réplica de su hermano.
Jessy se ha hecho de una fachada dura, estrategia que la ayuda a sobrevivir su difícil situación familiar.
Sin embargo, en la escuela no pueden ver más allá del estereotipo de la chica problemática que se fuga de la casa a cada rato.
Al igual que Roel, Jessy tiene grandes ambiciones: solicitar a un programa universitario de arte y plasmar sus experiencias en el lienzo.
El apoyo que Jessy no encuentra en sus padres, lo tiene de una de sus maestras; un sólo gesto genuino de afecto resulta salvador para la joven.
Aunque de la novela se desprenden los peligros de los estereotipos, no significa que el texto esté completamente libre de ellos.
El personaje de la madre de Beto y Roel es el de la típica madre abnegada que habla poco y llora mucho; pero es una crítica leve para un texto de tantos logros.
Al final, las lecciones del libro son universales: la importancia de la comunicación, el valor de la amistad, la necesidad de serle fiel a sus sueños.
Para los padres también hay un mensaje importante, cómo navegar ese mar impredecible de la adolescencia para guiar a los hijos sin cortarles las alas.
(A GOOD LONG WAY. René Saldaña, Jr. Arte Público. 105 páginas).
