Se confirmó la identidad de la ahora mejor amiga de Christopher Robin en el libro "Finding Winnie", donde la tataranieta del original dueño de la pequeña osa que inspiró a la historia, Lindsay Mattick, devela los secretos del mundo literario de uno de los osos más famosos en el mundo.

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El tatarabuelo de Mattick, Harry Colebourn, compró la osa en la Primera Guerra Mundial por 20 dólares y la llevó a algunos de sus viajes que debía cumplir como teniente soldado de la guerra. Colebourn le puso el nombre de Winnie en tributo a la ciudad canadiense de Winnipeg y se convirtó en la mascota no oficial del regimiento del teniente.

Fuente: instagram Lindsay Mattick
Poco tiempo después se le ordenó a Colerbourn regresar con su unidad de combate a Francia, por lo que tuvo que dejar a la osa en un zoológico, específicamente en el zoológico de Londres, donde era visitada de manera regular por un pequeño niño llamado Christopher Robin, quien nombró a su oso de peluche como la osita del zoológico y que casualmente era el hijo de A. A. Milne. Es ahí donde nació la historia de los libros y la película animada.
Vía Huffington Post
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