La película sigue la historia de Jesse (Elle Fanning), una adolescente de 16 años que abandona Georgia para tratar de sobresalir en el mundo del modelaje en Los Ángeles. Con una belleza natural difícil de ignorar (o al menos nos lo repiten hasta el cansancio en la cinta), Jesse causa una fuerte impresión en la representante de modelos Jan (Christina Hendricks), la cual cree firmemente que Jesse llegará lejos en este mundo. Al poco tiempo se hace amiga de Ruby (Jena Malone), una maquillista que parece estar demasiado atraída a ella y conoce a dos modelos más experimentadas, Sarah (Abbey Lee) y Gigi (Bella Heathcote), con quienes tendrá una relación de amor/odio mientras conoce el negocio del modelaje.
No toma mucho tiempo para que Jesse capture la atención de fotógrafos y diseñadores y con ello, la envidia y el odio de Sarah y Gigi, quienes comienzan a verla como una amenaza. Con esto, Jesse empieza a cambiar paulatinamente, dejando atrás la actitud inocente que tenía al principio para terminar convirtiéndose en otra cosa completamente, en algo "peligroso".
Construida de manera meticulosa, Refn se toma su tiempo con cada escena, dejando la cámara correr por el tiempo que sea necesario para que la audiencia pueda absorber lo vacío y la mentalidad asesina de la industria. Con la ayuda de la cinematógrafa Natasha Brier, Refn llena la cinta con imágenes impecables y probablemente sea una de las cintas más impresionantes en cuestiones visuales en los que va del 2016. La música no se puede quedar atrás, y es que Cliff Martinez logra capturar la esencia del filme de Refn con uno de los soundtracks más memorables de este año.
Con cada ángulo posicionado para beneficio de la historia al más puro estilo que Refn nos tiene acostumbrados, las actuaciones de Elle Fanning (quien al igual que su personaje tenía 16 años al momento del rodaje), Abbey Lee y Heathcote van perfectamente con lo que el director intenta decirnos del falso mundo del modelaje, sin embargo, es Keanu Reeves como el encargado del motel donde Jesse vive, quien da la actuación más memorable (todos queríamos ver un poco más de este pervertido).
Con un estilo visual seductor y provocador, la cinta está llena de simbolismos y de algunas escenas perturbadoras que no serán del gusto de mucha gente (me tocó ver a una pareja salirse después de una escena en una morgue). Pero así como la estética vale la pena el boleto del cine, a veces puede sentirse que hay muchas cosas ahí sólo para apantallarnos. Tal vez ese era el punto de la cinta. Esto se hace más evidente en la escena donde un diseñador de moda dice "La belleza no lo es todo. Es lo único", y tal vez sea el punto de lo que Refn expresa con El Demonio Neón.
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