Benedict Cumberbatch es Stephen Strange, un "rockstar" del mundo de la medicina con la actitud y habilidades de un Doctor House, y al igual que el doctor de la televisión tiene un miedo inmenso al fracaso, por lo cual su ego es muy grande. Un traumático accidente, un poco de filosofía oriental, una capa mágica y la habilidad de controlar el tiempo son lo que hacen de este arrogante personaje todo un superhéroe digno de estar junto con los Avengers. Claro, no suena a nada de lo que Marvel ha hecho antes, sin embargo, a pesar de utilizar una fórmula parecida a lo que han hecho anteriormente, estos elementos son justo lo que necesitaban para hacerlo sentir como una bocanada de aire fresco en el MCU.

La transformación de Strange de médico a hechicero supremo es algo un poco convencional parecido a lo que hemos visto antes en cintas como The Matrix, con montajes de entrenamiento y la filosofía de "olvida todo lo que sabes" por parte de una legendaria maestra llamada simplemente Antigua (interpretada por la magnífica Tilda Swinton). Poco a poco la visión de Strange va cambiando de salvar sus manos a salvar el mundo, claro, no sin antes pasar por un psicodélico viaje de autodescubrimiento.

Al igual que Ant-Man, esta cinta es mucho más íntima y contenida que otras del MCU, una historia verdaderamente individual donde conocemos a Stephen Strange, sus motivaciones y deseos, lo que hace funcionar al personaje. Pero eso no significa que esta sea una cinta pequeña por ningún motivo, ya que en lo visual echaron la casa por la ventana. Si tuviera que compararla con algo parecido en cuestiones cinematográficas sería como Inception de Christopher Nolan… si le dieran ácidos y hongos alucinógenos, además de hacer un excelente uso del 3D para complementar esta psicodélica experiencia cinematográfica. La cinta acompaña este aspecto visual con su propia versión de algunas filosofías orientales con los héroes y villanos pelando y debatiendo sobre el ser y la inmortalidad. Claro que no dejan de lado el humor distintivo de las cintas de Marvel, solo que aquí es mucho más orgánico que en otras cintas.

El resto del elenco brinda buenas actuaciones con una Rachel McAdams que hace bien su papel como el interés romántico de Strange, Chiwetel Ejiofor como el compañero y mentor del doctor y un poco utilizado villano encarnado por Mads Mikelsen, quien a pesar de ser un personaje poco desarrollado logra dar muy buenos momentos, lástima que Marvel siga desperdiciando villanos (y actores) en sus películas.

Doctor Strange: Hechicero Supremo no rompe el molde se las cintas de superhéroes pero sí entrega algo nuevo y diferente como para sobresalir, pero sobre todo es una experiencia visual que supera a cualquier cosa que hayan visto este año.

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