Inevitablemente existen recursos obtenidos en la Trilogía de El Caballero de la Noche por ejemplo se refiere más a Tony Stark que Iron Man, el verdadero villano se oculta en las sombras y acude a la decepción o el teatro para propagar al miedo, colocan al superhéroe en su punto más vulnerable, el compañero suele apoyar brevemente y sin la ventaja de un traje, similar destrucción de la mansión y un retorno bastante espectacular en la escena del clímax.
Muchos se refieren a Iron Man 3 como la mejor de todas, por mi parte sigo insistiendo que la primera sigue estando en la cima de las adaptaciones por manejar un trama tecnológicamente realístico. Ello no significa que desapruebo la nueva dirección de Disney, después de todo, Los Vengadores cambiaron el mundo de Stark de una forma que en su actualidad hasta el mismísimo superhéroe sigue batallando en aceptarlo.
Este giro de mentalidad en Tony Stark denota más humanidad. Haciendo referencia a su estilo de vida pasada en la escena del pasado, sirvió de mucho para fijar las bases en el superhéroe que es ahora. El sarcasmo se reduce, surge la obsesión por sus máquinas por sentirse constantemente amenazado, los recuerdos de Nueva York le causan ataques de ansiedad y curiosamente es ignorado por el Gobierno por encontrarse aliado con Los Vengadores.

Diversas temáticas son presentadas y desarrolladas por completo, quizás el estilo no sea del agrado de muchos porque representa más drama y menos acción de lo acostumbrado, no obstante es entretenimiento sólido por omitir la participación de SHIELD. Se agradece este enfoque centrado y se aprecia el segmento posterior a los créditos, aunque también me decepciona por no revelar una pizca del futuro a venir. Por lo visto todavía es temprano, pero la risa originada por el cameo de Mark Ruffalo nadie me lo quita.