La temporada de premios ha comenzado oficialmente y no podría haber una cinta más perfilada a ganarlos todos que La La Land: Una Historia de Amor. El director y guionista Damien Chazelle, quien el año pasado durante la ceremonia de los Premios de la Academia se convirtió en uno de los directores promesa del cine contemporáneo con la cinta Whiplash: Música y Obsesión (2014), está de vuelta con la película más bella e inspiradora de este 2016.
La la land inicia con un plano secuencia y un número musical en el tráfico del freeway de Los Ángeles, introduciéndonos al mundo que Chazelle y Justin Hurwitz, el genio musical detrás de todo lo que escucharemos en la cinta, han creado para nosotros y a partir de ahí no nos sueltan, llevándonos por un placentero recorrido por toda la gama de emociones, evocando los clásicos musicales de la época dorada del cine hollywoodense reinterpretado para las nuevas generaciones, nunca siendo cínico al respecto y con mucho amor y pasión por la historia que quieren contar.
Si, la cinta es un musical, pero tanto las canciones como su ejecución son logradas de manera muy creativa, también sus números de baile son bastante icónicos, en especial por la manera poética en que el lente de Chazelle los presenta. No olvidemos que esta es una historia de amor, pero la manera en que Ryan Gosling y Emma Stone nos la venden vale la pena el boleto de entrada. Más que eso, nos habla de los sacrificios que a veces se deben hacer por lograr tus sueños. Ambos nos harán enamorarnos, reír y llorar con ellos con esta historia tan actual y a la vez atemporal sobre las relaciones de hoy en día.
La película es una carta de amor a Los Ángeles, al cine, pero en especial a aquellos que se atreven a seguir sus sueños. Tal vez es la manera del director de decirnos que el que no arriesga no gana, ya que no todo es miel sobre hojuelas, pero finalmente así es la vida en ocasiones. Ni toda la magia del mundo de ensueño en que se ven envueltos los personajes puede salvarlos del mundo real, y esa es el mensaje de la cinta, poder lidiar con eso sin perder la esperanza.
La La Land es una joya cinematográfica en toda la extensión de la palabra, incluso me atrevería a decir que al pasar de los años será puesta en el mismo pedestal que otros grandes musicales como The Sound Of Music (1965), El Mago de Oz (1939) o Amor Sin Barreras (1961), una cinta que debe ser vista en la pantalla grande para ser experimentada como fue planeada y sentir la emoción que su música e imágenes transmite. Esta película probablemente gane el Oscar, sólo es cuestión de tiempo.
La La Land estrena es cines de Estados Unidos este viernes, mientras que en México podrán verla hasta febrero del 2017.
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