Su padres, Carol y Richard le regalaron un Xbox donde la menor de edad aprovechó para descargar dicho juego.
Poco sabían que habían propiciado a que su hija desarrollara una fuerte dependencia hacia el juego incluso mojando la cama por negarse a ir al baño con tal de no dejar de no dejar de jugar.
No tenían indicios de que su hija era una adicta hasta que la maestra de su colegio los contactó y les reportó que la niña se quedaba dormida en clase y siempre se encontraba cansada para sus actividades físicas como ballet y gimnasia.
"Ya se encuentra en terapia para la adicción después de que se viera arrastrada, agitada y perturbada por jugar hasta 10 horas al día, a veces jugando hasta el amanecer" dijeron sus padres.
En el 2017 este videojuego que lleva la etiqueta de "violencia" contaba con siete millones de descargas y ahora tiene a más de 45 millones de usuarios.
Con información de: Mirror y El País
