Tecnología

Continúa la ambigua censura de Instagram

La diferencia entre arte y contenido inapropiado

Instagram ha causado un revuelo en cuestión a sus censuras desde hace un par de meses, hacen desaparecer y reaparecer diferentes palabras que consideran inapropiadas pero ¿cuáles son los criterios para decidir lo que está bien y lo que no?

Se han presentado diferentes casos donde fotografías son eliminadas justificando que no cumplen con las condiciones de uso de la aplicación. El problema es la ambigüedad de las normas donde censura ciertas cosas que pudieran resultar vulnerables ante el público pero por otro lado, acepta algunas que llegan a ser ofensivas.

Es cierto que antes de acceder a la plataforma, el usuario debe marcar que acepta los términos pero es como decir "entra a mi casa pero si algo que yo hago te ofende, no es mi problema, camina a la puerta y vete". Una cosa es ser el dueño en este caso de Instagram, pero habría que indagar de donde nacen los criterios para definir si algo está bien

o mal y que tan apegado se encuentra a las normas sociales generales (si es que existen).

Una de las cosas más difíciles en este caso, es diferencia aquello que pueda ser considerado arte y qué límites son "inapropiados" para expresarse. Todo lo que incluya algún tipo de violencia, discriminación, actos ilegales y tintes sexuales, será removido. Sin embargo, no olvidemos cuando censuraron la palabra curvy siendo que es una expresión.

Borja Adsuara, un abogado y especialista en Derecho Digital, hace una interesante propuesta: ¿Qué tan viable sería que en lugar de censurar, el propio usuario etiquetara la fotografía que pudiera ser sensible ante infantes o adultos y así poder filtar lo que uno no desea ver en su inicio de Instagram? La idea no es tan descabellada pues hay publicaciones artísticas que pudieran generar incomodidad y bastaría con que el usuario configurara su cuenta para evitar ese tipo de fotografías.

Otro punto importante que podría tomarse en cuenta es la localización geográfica del usuario, ya que ciertas culturas son más conservadoras y se entiende que los criterios culturalmente aceptados son distintos. La realidad es que los directivos de Instagram deberían revisar las Normas Comunitarias de la aplicación y pensar de qué manera regularizar la censura de publicaciones.

Via El País

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