Lionel Messi fue una olla de presión en Mestalla que explotó. El delantero argentino no se pudo contener tras anotar el tercer gol del partido en el último minuto de juego que le dio la victoria al Barcelona frente al Valencia.
Messi encaró a la grada del estadio y gritó: "La concha de su madre hijos de mil putas", mientras el futbolista apretaba el puño luego del festejo grupal por saberse acreedores de la victoria en el último suspiro del encuentro.
Lio explotó luego de que cuando celebró el gol que firmaba la victoria, un aficionado del Valencia arrojó a la cancha una botella llena de agua que golpeó la cabeza de Neymar y de Luis Suárez.
Finalmente, el hecho no pasó a mayores, Enzo Pérez, capitán del Valencia y compañero de Messi en la Selección tomó a Messi y lo encaminó hacia otro lado de la cancha para evitar su cruce con la afición, además el jugador pidió calma a los seguidores de la grada.
Messi demostró que también es humano y que a pesar de que regularmente se muestre ecuánime también pierde la cabeza. No aguantó, y la adrenalina del gol, sumada a la agresión a sus compañeros hizo que sacara un poco de su lado humano, ese que poco muestra cuando se disfraza de extraterrestre y pisa las canchas de futbol.
*Nota cortesía de nuestro amigo Juanfutbol
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