La red de pederastas que viajan a Tijuana para abusar de niñas de 11 años

El turismo sexual entre San Diego y esta ciudad fronteriza es cada vez más común

Ambas ciudades confluyen en una megalópolis formada por más de 5 millones de mexicanos y estadounidenses, pero separada por una frontera que define la seguridad, el nivel de ingresos, la calidad de vida y hasta el sitio que cada nación ocupa en el fructífero negocio de explotación sexual de uno y otro lado del borde.

A unos metros de la línea que divide a México de Estados Unidos se encuentra la Zona Norte, el barrio rojo de la ciudad, donde el sexo circula casi libremente, en especial en la calle Coahuila, epicentro del turismo sexual en Tijuana. La mayoría de los clientes son turistas, específicamente norteamericanos, que cruzan la frontera sur con la intención de tener experiencias sexuales a bajo costo, muchas de ellas ilegales.

En este lugar puedes llevar a chicas jóvenes, de 9, 10 u 11 años

La Oficina Federal de Investigación de los Estados Unidos siguió la pista de un par de casos de ciudadanos estadounidenses que solían visitar Tijuana con fines sexuales ilícitos, después de que recibiera una denuncia ciudadana en diciembre de 2014. El organismo encontró la identidad del proxeneta e interceptó los medios de comunicación donde establecía contacto con estos clientes, como Facebook y correo electrónico.

A través de mensajes de correo electrónico, las autoridades identificaron a dos clientes asiduos del tráfico infantil para explotación sexual: William Dixon Adelman de 51 años y Kennet Bigler de 52, ambos de Los Ángeles, California.

A partir de la investigación, se reveló el modus operandi de explotadores sexuales en la frontera norte: un intermediario se encarga de contactar a pederastas con proxenetas través de redes sociales para cumplir los caprichos de sus clientes. Los intermediarios envían fotografías de menores de edad en posiciones sugerentes a modo de catálogos digitales para un primer acercamiento.

Acompañadas de mensajes que simulan estar escritos por las víctimas, se trata de la oferta inicial para los pedófilos. En las comunicaciones entre Bigler y el proxeneta de este lado de la frontera, el estadounidense recibió un correo electrónico que contenía distintas fotografías de menores de edad con leyendas como pie de foto. "Soi una sexi Hermosa", era el mensaje que acompañaba la foto de una niña de menos de doce años con un top naranja según cuenta The San Diego Union-Tribune, además de otro par de fotografías adjuntas de menores con uniforme escolar.

Muchas de las personas que son explotadas en Tijuana son mexicanas, pues "la trata funciona desvinculando a la víctima de su ciudad de origen. Es común que víctimas del sureste de México sean explotadas en el centro del país y luego trasladadas hacia el norte. Nuestra cercanía con los Estados Unidos también influye en el consumo de víctimas y sus servicios, tanto mexicanas como centroamericanas", afirmó Alegret.

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