Los especialistas de la Universidad de Londres y del Instituto Nacional Francés de Salud e Investigación realizaron una estudio con la finalidad de analizar la relación entre el riesgo de demencia y el consumo de alcohol.

El estudio comenzó en los 80, siguiendo el ritmo de vida respecto al alcohol de 9000 mujeres entre 35 y 55 años, se analizó el impacto de los factores sociales, conductuales y biológicos a largo plazo.

Los resultados evidenciaron que en 397 de los casos se registró demencia durante un período de seguimiento de 23 años, la edad promedio del diagnóstico de demencia fue de 76 años.

Durante el estudio se consideraron factores como la salud y el estilo de vida, y se descubrió que las mujeres que bebían exceso y las que se abstenían totalmente del alcohol corrían mayor riesgo de demencia.

Las que menor índice de demencia presentaron fueron aquellas que consumían alcohol de forma ocasional.

Como era de esperarse lo que mayor riesgo representa es beber en exceso, los que consumieron más de 14 unidades de alcohol por semana lideraron el índice de mayor probabilidad de padecer la enfermedad.

Mientras más aumentaba el consumo más subían las probabilidades, por siete bebidas más que consumían los participantes a la semana, había un aumento del 17% en el riesgo.

Ciertamente se trata de un estudio, realizado a cierta muestra de la población que arrojó determinado resultado, no obliga a nadie al consumo de alcohol, pero sí es una muy buena alarma para aquellos que se exceden al momento de tomar.

Además sólo un 5% de los participantes del estudio padecieron demencia, así que las probabilidades no son tan elevadas.

Con todas estas estadísticas a favor, creo que la idea de empezar a tomar solamente por no padecer demencia no suena muy coherente, considerando que el alcohol te podría quizá ayudar ligeramente un poco con eso si lo consumes adecuadamente, pero perjudicarte en otros aspectos igual de importantes como tu hígado.

Via: Upsocl