Russian Doll: El ciclo infinito de aprender a vivir

La nueva serie de Netflix que combina la moral con la metafísica

El pasado 1 de Febrero, Netflix estrenó su nueva serie Russian Doll. Una historia en donde conocemos a Nadia Volvokov (Natasha Lyonne), una sarcástica programadora de videojuegos, que en la noche de su cumpleaños muere al ser atropellada por una auto. Sin embargo aunque ese sería el final para muchos, la muerte de Nadia no es permanente y ahora se ve atrapada en un bucle de tiempo en el que debe vivir una y otra vez esta molesta situación. Lo más extraño es que al conocer a Alan Zaveri (Charlie Barnett), Nadia descubre que no es la única a la que el universo le está jugando una broma.

La premisa de esta serie, solo podría ser descrita como una combinación entre las cintas Groundhog Day y Happy Death Day, con un acertado toque de metafísica, ética y existencialismo. Pero en un sentido más profundo, es una historia sobre aprender a vivir, lidiar con nuestros problemas del pasado y ayudarnos a ser mejores personas.

A pesar del tono de ciencia ficción, la idea principal se siente como algo con lo que nos podemos relacionar inmediatamente; ya sea que te sientas identificado con la autodestrucción de Nadia, con la depresión clínica de Alan o con las dos cosas al mismo tiempo. En el incesante repetir de la misma noche, vemos nuestros propios círculos viciosos, relaciones tóxicas y las inseguridades que nos llenan de ansiedad.

Russian Doll es un péndulo que oscila entre el vacío existencial y la esperanza de llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos. Nos habla sobre la necesidad de aceptar dos ideas completamente opuestas: Que el mundo es impredecible, cruel y peligroso; pero también que es un lugar maravilloso y lleno de gente impresionante que le da sentido a nuestra vida.

Esta serie nos invita a romper nuestra rutina, a atrevernos a ser nosotros mismos y apreciarnos por lo que somos, a no dejar que nuestros miedos o inseguridades dicten nuestras acciones y a reconciliarnos con nuestro pasado en lugar de ignorarlo. Pero sobre todo, Russian Doll, nos invita a darnos cuenta que no estamos solos y que cualquier problema es más fácil de resolver si nos ayudamos entre todos; porque en este mundo errático e imponente, solo nos tenemos el uno al otro.

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