Tijuana es amada tanto por sus habitantes como por los extranjeros, quienes quedan encantados por su gastronomía, cerveza y hasta por los lugares.

Ser tijuanense es todo un orgullo y no hay duda de ello, sin embargo no todo es color rosa y hay algunas cosas de la ciudad que nos hace amarla, aunque también lo hemos llegado a odiar en algún momento.

Cruzar al otro lado

Al contar con San Diego como vecinos, podemos aprovechar y comprar una gran variedad de productos baratos y disfrutar de negocios que Tijuana no cuenta, *cof* Krispy Kreme Doughnuts *cof*. Pero sin duda las largas filas hacen que se le baje el ánimo a cualquiera, especialmente en los días festivos.

La lluvia

Sí, la lluvia es necesaria y el pretexto ideal para no salir de casa y disfrutar de una buena película. Pero todo esto se olvida cuando sales y ves calles inundadas en todos lados. Te estoy viendo a ti, Vía Rápida.

Los Tacos

Esta es un poco difícil porque honestamente todos amamos el delicioso sabor de los tacos, pero como si fuera maldición, siempre hay un lugar en el que siempre que comes sales corriendo al baño (pero ahí vas de regreso).

Transporte Público

Es cierto que no hay lugar en la ciudad al que no puedas llegar en camión o taxi, y sin la necesidad de gastar una millonada en Uber. Pero quizá te arrepientas un poco después de subirte a una “ calafia” solo para descubrir que el chofer maneja como loco o la unidad está en pésimas condiciones. Y ni hablar de cuando ya llevan el “auto sardina” y escuchas el clásico: “¡Recórranse, todavía hay lugares!”.

Playas de Tijuana

Playas se ha convertido en un buen lugar para hacer ejercicio, tomar café o comer mariscos. Pero lo que podría ser un bello lugar para disfrutar la playa, se hace bastante molesto cuando la gente que la visita no recoge su basura y la contamina. Y no podemos negar el intenso olor a aguas negras que impregna el ambiente de vez en cuando.

Tráfico

¿Qué amamos? Que no sea como en la Ciudad de México y que los domingos las calles están solas. Y por donde veas: en Zona Río, el Centro, la Vía Rápido, las 5 y 10 u Otay; hay tráfico a más no poder, que se hace insoportable cuando hay partido de los Xolos y parece que toda la ciudad se detiene.

Centro

Se podría decir que es un lugar místico ya que puedes encontrar de todo, desde amenos bares, hasta compras para el hogar y ropa. Pero cualquiera que anda por ahí sabe que el Centro es toda una experiencia surrealista con la gente que se cruza por donde quiere y sin respetar el semáforo, taxis que no conocen la definición de “carril” y carros que prefieren estar en doble (y a veces triple) fila, porque no hay estacionamiento o está muy caro.

En fin, es cierto que amamos nuestra ciudad, pero sin duda nos llega a dar más de un dolor de cabeza.

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