Estos tiempos son de pragmatismo, de [i]Real Politik[/i] dicen los alemanes. Es decir: una cosa es la institución y otra, el partido.

Las escisiones y fracturas que estamos viendo en MORENA Baja California son producto de una mala operación política, de la soberbia y el poco tacto de una cúpula que, ignorante de símbolo que Baja California representa para la democracia del México contemporáneo, hizo lo que quizo con el partido que debía no solo sintetizar, sino ser fiel ejemplo de la Cuarta Transformación del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Atrás, muy atrás quedó esa lealtad que se entregaba como cheque en blanco al partido. La era de definir a la política como “el arte de comerse una sapo crudo sin hacer gestos” ha quedado atrás.

Hoy, el político, que no deja de ser un ciudadano debe de buscar la congruencia con su persona y sus propios ideales, con todo el cúmulo de elementos que lo han formado en su trayectoria de vida.

VÍDEO: Cambiar de partido no cambia principios. Entrevista de Veloz a El Sol de Tijuana.

Pensar lo contrario es propio de las personas que vivieron la era del priismo aplanadora, del partidazo de la dictadura perfecta. Difícil es para muchos desprenderse de esos 80 años que signaron el imaginario político del país.

A esto obedecen los desplantes de Yeidckol Polenvnsky y la cúpula que encabeza y la representa en Baja California. En un ejercicio de congruencia, Jaime Martínez Veloz buscó su propio camino. Siempre lo ha hecho y siempre ha salido avante. Como él mismo dice:

"...Cuando vino la presidenta de ese partido (Yeidckol Polevnsky), me acusó hasta de lo que me iba a morir; me dijo que no estaba ni siquiera inscrito en el padrón; me insultó, me llamó malagradecido. No había visto nunca, en toda la historia que tengo, incluso en los momentos más difíciles, que un dirigente nacional hubiera agredido así a un militante..."

Su ejemplo ha sido sintomático y empieza a reproducirse. Cada vez más personas, cada vez más ciudadanos, cada vez más electores hacen un ejercicio de reflexión y, en su ética personal, abandonan la moda de MORENA por optar por el candidato de los bajacalifornianos: Jaime Martínez Veloz.

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