Región

Alertan sobre la grave contaminación en el desagüe del río Tijuana

‘Esta es la verdadera crisis fronteriza’ aseguran

Hay una crisis en la frontera de EE.UU. y México, pero probablemente no sea la que estás pensando. Este no tiene nada que ver con la migración, los muros y los solicitantes de asilo. En cambio, tiene que ver con la responsabilidad compartida entre los EE.UU. y México del desagüe de la cuenca del río Tijuana que se ha convertido en una emergencia de salud pública en los últimos años en ambos lados de la frontera.

Según la Fundación Surfrider, más de 20 millones de galones de aguas residuales tratadas parcialmente se descargan en el Océano Pacífico a sólo cinco millas al sur de la frontera de los EE.UU. y México por día. También se han producido numerosos derrames en los últimos años, sobre todo uno de 2017 donde 143 millones de galones de aguas residuales fueron vertidas en el Océano Pacífico.

Con el problema empeorando, Surfrider alega que la Comisión Internacional de Límites y Aguas, el organismo regulador que se ocupa de la calidad del agua y la contaminación en la frontera, le está fallando a la población en numerosos frentes y ha presentado una demanda.

"A pesar de los efectos devastadores sobre el medio ambiente y la salud pública que están causando estas descargas de aguas residuales, los funcionarios del gobierno han hecho un mínimo esfuerzo para abordar estos problemas", explica Surfrider en una publicación en su blog.

“El hecho de que la comunidad más afectada de Imperial Beach tenga un índice de pobreza de aproximadamente el 20 por ciento, también plantea problemas de justicia ambiental. Desafortunadamente, las condiciones de calidad del agua continúan empeorando en esta región fronteriza y las agencias federales responsables, incluida la Comisión Internacional de Aguas Fronterizas, no han tomado medidas efectivas sobre el tema ".

El artículo destaca las complejidades de la contaminación del agua en la frontera y sus numerosos riesgos para los visitantes de la playa, incluidos los casos de hepatitis A, MRSA y bacterias carnívoras que se registraron en el sur del condado de San Diego.

Surfrider continúa monitoreando la calidad del agua en el norte de la frontera a través de su grupo de trabajo voluntario ‘Blue Water’, además de proporcionar educación a las comunidades sobre los riesgos de navegar y nadar en aguas contaminadas. Junto con las comunidades locales, Surfrider también encabezó la campaña ‘Clean Border Water Now’ (Agua limpia en la frontera ya), un esfuerzo para hacer que los reguladores actúen.

En la actualidad, esos esfuerzos parecen haber caído en oídos sordos. Sin embargo, con una demanda pendiente y una mayor atención de los medios, la crisis se está volviendo rápidamente difícil de ignorar.


Vía The Inertia

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