Unos dieron gracias a Dios, otros a la disposición de hablar del presidente Donald Trump, pero todos estaban emocionados de que el lunes no habrá aumento en los aranceles en 5% a los productos que exporta México a los Estados Unidos.

En Tijuana, más de 13 mil personas atendieron a la convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador que dio un mensaje de aliento al nacionalismo en donde veladamente se comprometió a cumplirle a Donald Trump, a fortalecer la aplicación de la ley para mantener el control migratorio de sur a norte. López Obrador insistió que sería respetuoso de los derechos humanos mientras que Marcelo Ebrard, secretario de relaciones exteriores aseguraba que había negociado, que no se había ganado todo y había salido con la dignidad intacta.

Hubo porras, pejeluches, piñatas de Trump y de AMLO, era un escenario conocido para López Obrador que en 2006 y 2012 había tenido encuentros con los simpatizantes perredistas de Tijuana durante sus primeras campañas presidenciales. De aquellos ayeres permanece Jesús Ruíz Uribe que entonces era dirigente y candidato del PRD y hoy es el delegado único del gobierno federal en Baja California.

Las calles Constitución y Benito Juárez son emblemáticas para Tijuana, actualmente se ubica el Museo de Historia de la Ciudad en donde hace décadas fue el primer palacio munciipal, a menos de 2 kilómetros del muro fronterizo con San Diego, California.

Sobre la calle segunda, la Benito Juárez había un grupo de mexicoamericanos que llegaron con lonas gigantes con el rostro de Trump, con mensajes conciliadores asegurando que los mexicanos no son los enemigos.

La unificación se hizo presente, las porras de “es un honor estar con Obrador” se gritaron tantas veces como fue posible.

Hubo euforia, porras, fotografías, era un festival que en redes fue llamado el Pejepalooza. Una fiesta que provocó el cierre de 3 calles, 9 cuadras durante más de 30 horas para 120 minutos de mensajes que cerraron emotivamente con el himno nacional. Todos con el compromiso de cumplirle a Trump sin saber si el presidente de Estados Unidos le hará honor a su palabra.