Enseñar y difundir la historia de Tijuana siempre ha sido un reto. Desde 1989, año en que se celebró el primer centenario de la ciudad, se han producido obras que pueden ser consideradas como "monumentales" y "oficiales" pues muchas de ellas han sido producto de la investigación académica y también del patrocinio del propio Ayuntamiento de Tijuana.

Los producidos entre 2007 y 2009 -Tijuana: senderos en el tiempo, Tijuana: identidades y nostalgia y Tijuana: historia de un porvenir- son quizá los más vistosos y los más caros de la producción historiográfica que hasta hoy se ha logrado para hablar del pasado de esta ciudad.

Además del auspiciado por el Ayuntamiento y por las entidades académicas -UABC y COLEF por ejemplo- hay suficiente material de autor y de aficionados a la historia para poder hablar, incluso, de tipos de historiografías. Dos al menos: local y localista. También, la ciudad cuenta con un Museo de Historia de Tijuana y un Archivo Histórico donde en exclusiva se habla de la ciudad.

A pesar de todo, la historia de Tijuana no se conoce. No ha encontrado eco. Por increíble que parezca, hay niños en esta ciudad que no saben que tiene playa. Adultos de 30 años que no conocen nada de lo que párrafos arriba menciono. Es una gran paradoja, pues es al ciudadano corriente y promedio al que le deben llegar estos materiales y estructuras y se quedan entre los aficionados a la misma, quienes representan un círculo muy pequeño de Tijuana.

Difusión e inversión hay, pero no impacto. Un argumento para explicar esto son las formas en que la historia es narrada. Esta es la coyuntura del nacimiento de 1889 Tj Museum. Se convierte, desde hoy, en un "espacio museográfico de orientación infantil y promoción de la cultura turística" donde el "pasado, presente y futuro difunden nuestras historias y promueve tijuanidad."

Roberto Lango Triana es el que ha dado nacimiento a este espacio. Ha sido un esfuerzo de larga duración -al menos desde 2012- el que ha hecho para que este espacio haya abierto sus puertas bajo una figura atípica. Hoy miércoles 24 de julio, con la presencia de algunos medios de comunicación, autoridades del ayuntamiento y ciudadanos interesados en la historia, cortó el listón de la no-inauguración de 1889 Tj Museum.

Junto al museógrafo Alejandro Loyo, montaron recursos visuales para invitar a la gente a imaginar lo que ahí va a suceder cuando el espacio esté en pleno. Está ubicado en la esquina de la Ave. Revolución y Calle 2da, en la primera planta de lo que fuera tanto el Hotel Comercial como la histórica cantina "La Ballena." Ambas no pudieron ser sin su gran antecedente: The Big Curios Store.

Esa tienda fue la que inventó Tijuana. En ella se ofrecieron los souvenirs que los turistas buscaban para recordar su visita al Old and Romantic Mexico. Del repertorio, las favoritas fueron las tarjetas postales. Fotografías de la época comercializadas como tal cosa, mismas que hoy sirven para vestir las historias de la ciudad.

Antes tiendas de curiosidades, después hotel y cantina y hoy, locales comerciales que van desde farmacias, curios, restaurantes y tienda de conveniencia, esta histórica esquina de Tijuana resurge para divulgar la historia. En palabras de Roberto:

"las historias que aquí se van a contar van a ser distintas, pues diremos y hablaremos de todo aquello que no se ha hablado o no se han atrevido a decir. La historia de Tijuana es muy diversa y muy compleja y muchas cosas todavía están por decirse y para decirlas, hay que ser diferentes."

El modelo del espacio es similar al de una industria naranja. Busca ser autosustentable generando sus propios recursos vía comercialización para no depender por completo del erario.

Tijuana tiene nuevo espacio para conocer su historia y de una forma diferente, divertida, amena y atrevida. El espacio invita a imaginar lo que algún día será, igual que la ciudad, pues ésta todavía no termina por configurarse. Los ciudadanos y las autoridades la seguimos imaginando.

editorial@sandiegored.com