Qué manera tan vulgar de ensañar el cobre. Creí que ya se las había visto todas, pero no. El C. Bonilla superó su propia soberbia y patanería al declarar que a él "el único que le ordenaba era su padre y ya se murió." Que alguien, por favor, le explique que el principio de la democracia es el de la soberanía y esta le pertenece al pueblo.

En este entendido, señor Bonilla, a partir del 1 de noviembre de este 2019 y por dos años será usted el empleado de, según el INEGI -a menos que usted o el Presidente tengan otros datos- 3, 315, 766 (tres millones trescientos quince mil seteientas sesenta y seis) personas que le demandarán, constantemente, un buen gobierno, mejores condiciones de vida, seguridad, empleo, etcétera.

De hecho, ya lo han estado haciendo en su calidad de Gobernador Electo. ¿Qué les va a decir cuando, en su legítimo derecho por ser dueños de la soberanía, le exijan algo? Usted es empleado de todos los que en este Estado vivimos, trabajamos, pagamos impuestos y votamos.

Peligrosas las declaraciones que hizo a El Sol de México. En ellas también se refirió a Andrés Manuel López Obrador. ¿Cómo le hablará si dice que a veces no le gusta su tono al Presidente, que a él no le gusta cómo le habla?

Dice que "no es dedo chiquito de nadie." Bien, no pedimos un Gobernador agachón, pero sí uno que sea institucional y respetuoso de las normas y formas. No todos somos como usted, Gobernador. Recuerde que el león piensa que todos son de su condición pero cuando se puso con Sansón a las patadas, perdió. Y feo. El respeto se gana, no se impone. ¿Cómo lo hizo con el Presidente, si lo trata como usted mismo dice?

Es esta soberbia la que lo mantiene ciego y no le permite ver el daño que le ha hecho al Estado, a la Democracia y a su propio partido con el tema de la ley que ampliaría su mandato. Le hago un favor al aconsejarle, una vez más, que escuche a sus asesores o, de plano, que se consiga unos que sí sepan lo que hacen.

josue.beltran@sandiegored.com