Meraki Tecnologías es una empresa que, como tal, no sólo crea dispositivos sino que cambia vidas. Está dedicada de lleno a desarrollar herramientas para personas con capacidades diferentes y extraordinarias.

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Isaura Lara es la Presidente de Meraki Tecnologías. Trabaja a la par con Alejandra Guerson y su hermano, José Ángel Lara. Son, de hecho, los socios fundadores. De entrada, nos comparten algo muy especial: definen a su empresa no a partir de su producto, sino de los usuarios del mismo.

En la entrevista para San Diego Red, nos invitaron a imaginarnos prisioneros de nuestro propio cuerpo. Que no podamos mover brazos o piernas. El reto de eso es pensar en cómo podríamos comunicarnos con los demás.

Nos dicen que es la situación de 200 millones de personas en el mundo que sufren de alguna discapacidad severa, misma que hace difícil su educación escolar además de entorpecer un posible desarrollo profesional y laboral. Es por ello que ellos, los de Meraki Tecnologías, diseñan y construyen aquellos dispositivo que pueden ayudar toda persona que padece de alguna discapacidad severa.

Sus dispositivos les permiten manejar la computadora o algún Smart Phone apoyándose con el movimiento de la boca o de la barbilla o con la presión de un dedo. La empresa no solo diseña y vende los productos: dan seguimiento puntual al desarrollo de aquellos que los usan y nos dicen, convencidos, que en ello hay un antes y un después. Que muy pocas cosas se comparan con la sensación de ver a un niño que por primera vez escribe su nombre. Que ver eso "es muy especial, porque sabes que se le abrirán infinidad de oportunidades".

La idea de esta empresa surgió cuando Isaura hacía su residencia profesional en el Centro de Rehabilitación Teletón, en el área de asistencia tecnológica. Ahí tuvo la oportunidad de tratar con niños con capacidades distintas y así se dio cuenta de que los dispositivos que les permiten comunicarse o manejar herramientas como la computadora, son muy costosos además de no adecuarse correctamente a las necesidades individuales y reales.

Ahí donde los conocimientos que tiene, de ingeniería, tuvieron razón de ser. Empezó a construir las prótesis y extensiones que los niños necesitaran, según sus capacidades, ya sea con alguna caja de reloj o de madera o de componentes electrónicos, cosas sencillas pero funcionales

Así maduró la idea que sometieron a concurso. Ganaron y, con los $10,000 pesos del premio, compraron una impresoras 3D. Ese fue un catalizador interesante pues también buscaron máquinas de clase CDC. Dice Isaura cómo José Ángel se interesó en esos aparatos y comenzó dominarlos a la perfección.

Cuando finalizó su carrera, tuvo dudas sobre la conveniencia de continuarlo. Como todo recién egresado, buscaba algo que le diera estabilidad económica. Siguió con ello pues se dio cuenta que es una necesidad real.

Comenzaron a formalizar los procesos, especialmente los del área médica, misma que es una parte muy importante del proyecto. Por eso invitó a Alejandra Guerson. Es la especialista del tema en la empresa.

Meraki ha avanzado tanto que hoy constituyen también una asociación civil: Sueños Meraki. Tiene la meta de llegar a los niños más desfavorecidos.

Esto es lo que los hace diferentes a cualquier otro: su sensibilidad social. Dicen que “los dispositivos que podrían ayudar a una persona a utilizar una computadora, varían en su precio. Pueden ir de los $1000 o $2000 y hasta los $130,000 pesos… pero hay mucha gente que no puede costear eso y muchas veces encuentran que no les sirve, que no se ajustan a sus alcances físicos”.

Continúa diciendo que “a diferencia de otros, nosotros cumplimos con todo un proceso para diseñar y lograr el dispositivo final. Cuando lo tenemos, es porque ya lo investigamos y probamos por completo entre personas del área médica, de educación especial, asistencia tecnológica pero sobre todos escuchamos a la persona que tiene la discapacidad y su familia.”

El equipo de Meraki es todavía compacto. Han echado mano del servicio y prácticas profesionales para el desarrollo, diseño y programación de sus productos. Reconocen que ha sido fundamental para su avance. Siguen en la lucha por su consolidación pero confiados en la aceptación que han tenido en este tiempo de dar servicios

El mercado es importante y con necesidades de atención, pues las personas a las que brindan servicios y productos son considerados como discapacitados a grado de severidad. Son aquellos a quienes le es imposible prescindir de una tercera persona en todo lo relacionado a sus necesidades físicas.

Sin embargo, su población específica son los niños y de ellos, los que presentan necesidades derivadas de parálisis cerebral, distrofia muscular, por mencionar algunos y también aquellos que necesitan adaptaciones específicas y los que buscan paliar las secuelas por falta de atención a su condición o los que sufren de enfermedades progresivas.

Mencionan que si bien los usuarios son las personas con capacidades distintas, pero los que son considerados como sus clientes son las instituciones que desean construir los dispositivos así como los familiares de los pacientes a quienes quieren ver progresar y elevar su calidad de vida.

Al día de hoy cuentan con cinco usuarios. Dicen ir “poco a poco” pues “hacer un rendimiento tecnológico no es fácil. Todos estos diseños y desarrollos tiene que ser mejorados constantemente para que en algún momento puedan ir al mercado. Además, nosotros como empresa social manejamos un sistema donde desarrollamos dispositivos que incluyen a usuarios becados. Éstos no tienen ningún costo pero el proceso de diseño, elaboración e investigación es el mismo que los que sí se venden.”

Claro que piensan en lo empresarial, pero no olvidan lo social. Como empresarios buscan atraer inversiones para hacer estos dispositivos a gran escala, con factura y moldeo, no sólo en impresión 3D. Tienen la mira de poder exportar a otros países. Buscan ser sostenibles y sustentable para permitirse crear más sistemas y diseños que generen inversión.

En eso, buscan llegar a 100 niños cada año por ahora y conforme el tiempo podamos avanzar a miles y así como una vez un señor dijo que quería una computadora en cada casa nosotros queremos un dispositivo en cada una.

No ha sido fácil lo que han hecho. Divertida, Isaura nos dijo que emprender ha sido una de las decisiones más tontas… pero que lo volvería a hacer, no se arrepiente de absolutamente nada porque me encaminó. Emprender no es sinónimo de puro éxito. Es un camino muy duro y muy difícil, como de tontos pero al final es muy satisfactorio

Sobre lo último, agregó que “si volviera pasar y tener de frente el volver a tomar esta decisión, lo haría, pues no tuviéramos todo lo que tenemos si no fuera por las personas extraordinarias que salen a crear cosas que realmente diferentes y que están comprometidos a lograr sus metas sin importar a veces los juicios de los demás.”

Manifiesta miedo pero cualquiera que este sea, es superado por la motivación de aquellos que nos rodean. En el caso de Meraki, sus usuarios, el conocer su vida y el impacto que están teniendo en ellos.

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