Actualmente la municipalidad tijuanense cuenta con 247 camiones recolectores que operan en la ciudad y aunque la realidad es que con 180 podría manejarse un servicio de recolección eficiente a la ciudadanía, el mal estado en el que se encuentran estas unidades complican aún más el trabajo de la Dirección de Servicios Públicos Municipales (DSPM).

Esto genera el entierro de 150 millones de pesos en materiales que fácilmente podrían ser dirigidos al reciclaje para aprovecharlos de una mejor manera, sin embargo el gobierno no ha mostrado iniciativa alguna por remediar esta situación, misma que al paso del tiempo provoca más averías en las unidad recolectoras, contaminación y un costo de 950 millones de pesos por la prestación del servicio, mismo que la ciudadanía termina pagando a través de impuestos cada año.

Cristian Omar Armas, representante de la Asociación Civil CIBRUC en Baja California, señaló que es necesario incluir a los tijuanenses en un nuevo programa que se encargue de buscar una solución al tratamiento de basura a largo plazo, iniciar programas de reciclaje que comiencen desde la separación de residuos en casa e invertir en centros de aprovechamiento de residuos, ya que el sobrecosto que genera el servicio debido a las desventajas que trae consigo el sistema asciende a los 350 millones de pesos.

Para una ciudad que genera más de 900 mil toneladas de basura diarias, la cobertura actual del programa de recolección de basura rinde tan solo un 80%, situación que es difícil de mejorar con la existencia de tiraderos clandestinos en la ciudad y la precariedad en la que se encuentran las unidades de recolección.

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