En el documento judicial entregado el pasado miércoles a una corte federal de San Diego, señalaban que 611 niños permanecen sin poder reunirse con sus padres, de esa cantidad se ha confirmado la deportación de los familiares de 392, esto debido a la política impuesta por Donald Trump de ‘’cero tolerancia’’ en temas de migración ilegal al inicio de su mandato, mientras que 201 quizás podrían encontrarse en el país americano.

Fue en el año 2018 cuando la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) presentó una demanda al gobierno de Trump con la finalidad de apoyar a las familias de inmigrantes lo más pronto posible, pero ya a más de dos años del suceso, muchos niños siguen sin establecer contacto alguno con sus familiares.

Respecto a los infantes, se señaló que no se posee información de 18 menores y no les ha sido posible iniciar una investigación para determinar el paradero de sus tutores.

La política de Trump estableció que las personas indocumentadas que ingresan ilegalmente a territorio estadounidense serán juzgados como autores de un delito y eso significa en parte perder la custodia parcial o total de sus hijos.

El gobierno estadounidense intentó deslindarse de tales acciones a través de otro reporte, ahora dado a conocer por el inspector general, Michael Horowitz, quien reveló que la administración del gobierno de Trump no sabía a lo que se enfrentaría al validar la política migratoria.

Dicha medida fue calificada por varias personalidades políticas y de otros medios como cruel y a solo unas semanas de su implementación fue suspendida, pero ese periodo de tiempo fue suficiente para separar a miles de familias, dejando a muchos niños a merced de las autoridades estadounidenses.

ACLU señala que esto es una muestra de la inhumanidad del gobierno de Trump y como aunque se tuvo la oportunidad de detener tales actos, ningún funcionario, ni siquiera los de mayor rango, hicieron nada para frenarlo.

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