El ex-ministro de Defensa, Mark T. Esper, quien formaba parte del gabinete del anterior presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reveló que este había propuesto un lanzamiento de misiles contra la República mexicana con el propósito de “destruir los laboratorios de drogas” y acabar con el narcotráfico.

Durante una entrevista con el New York Times donde se habló sobre su próximo libro “A Sacred Oath” (Un Juramento Sagrado”, el ex-funcionario incluso calificó a Trump como una persona “sin principios que dado su interés en él mismo, no debería ocupar un puesto en el servicio público”.

En el libro, el cual será publicado el martes próximo, dio a conocer que la propuesta de Trump sobre enviar misiles a México sucedió en verano del 2020, cuando el mandatario no estaba contento con el flujo constante de drogas de los cárteles mexicanos a través de la frontera sur de Estados Unidos.

Esper asegura que Trump le preguntó al menos en 2 ocasiones si los militares podían “disparar misiles contra México para destruir los laboratorios de drogas”, y acusó a las autoridades mexicanas de no tener “el control de su propio país”.

El ex-ministro planteó varias objeciones al plan, pero Trump insistía, además, el predecesor de Joe Biden dijo que sería una estrategia que harían sin que se dieran cuenta quien había sido su autor, asegurando que si le preguntaban sobre el suceso él se limitaría a dar negativas.

“Podríamos simplemente disparar algunos misiles Patriot y hacer estallar los laboratorios, en silencio (…) nadie sabría que fuimos nosotros”.

El New York Times preguntó sobre estas acusaciones al portavoz de Donald Trump, pero hasta el momento no han recibido respuesta alguna.

Mark Esper fue despedido por Trump cuando se negó a apoyar la Ley de Insurrección, momento en que el ex-mandatario también propuso“simplemente dispararles” a los manifestantes, que protestaban por el racismo y Roa brutalidad policial tras el asesinato del afroestadounidense George Floyd.

Esper dice haber pensando en renunciar varias veces, pero declaró que no lo hizo ya que no había quien dijera la verdad a Trump, pues varios de los funcionarios cercanos le sugerían solo “ideas peligrosas”.

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