Nueva York, 5 abr (EFE).- La uruguaya Sabrina Lastman ha llevado el Candombe a conocidos clubes neoyorquinos donde a ritmo de jazz da a conocer una parte del variado folclor de su país, así como otros sonidos y textos literarios de Latinoamérica.
Lastman, que nació en Montevideo y vive en Nueva York desde 2005, lleva al público, tanto el Candombe -ritmo heredado de los esclavos de Uruguay- como poemas de escritores de su país o ritmos de Brasil junto a su cuarteto de jazz, muchas veces acompañada por los conocidos músicos argentinos Pablo Aslan (nominado al Grammy) en el bajo, o los pianistas Emilio Solla y Fernando Otero, ganador de un Grammy en 2010.
Su clara y fuerte voz se ha escuchado en populares clubes como el Blue Note, Joe's Pub, Blue Alley Jazz, pero también en el Carnegie Hall, en universidades, centros culturales y museos, tanto en Nueva York y otros estados, así como Israel, Argentina y Uruguay.
La artista, que además compone, también presenta otro espectáculo en universidades que describe como "experimental" e inspirado en textos latinoamericanos, que también incluye visuales y danza, ya que se graduó de la Academia Rubin de Música y Danza de Jerusalén, país donde además se presentó en festivales y con la Orquesta Filarmónica de Israel y trabajó con varios bailarines.
Aunque la uruguaya se ha abierto paso como cantante y por sus "performances" en Nueva York aseguró a Efe que nunca pensó en radicar en esta ciudad, donde se estableció después de que a su esposo le concedieran una beca de estudios para un doctorado en literatura española y latinoamericana.
"Nunca en la vida pensé en venir a Nueva York, nunca en la vida. Para mi fue una explosión porque este es un lugar muy exigente a nivel musical", señaló a Efe Lastman, quien, con el apoyo de amigos músicos y cantantes comenzó a presentarse en clubes de jazz en Nueva York, género que cantaba en Israel así como la música brasileña.
"No cantaba Candombe en Israel. Lo que ocurre es que cuando estás acá te planteas 'qué realmente quiero ser, quién soy yo'" y a partir de entonces, comenzó a integrar ese ritmo con el jazz, como antes habían hecho los músicos, cantantes y compositores uruguayos Hugo Fattoruso y Rubén Eada en la década de 1970.
El Candombe es un ritmo, con tres tambores, que surge en la época colonial como el principal medio de comunicación de los africanos esclavizados que desembarcaban en el puerto de Montevideo, de forma que aúna comunicación, danza y religión.
Este género, que puede encontrarse también en zonas de Argentina y de Brasil, fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Aunque Lastman incluye en su repertorio temas de compositores uruguayos que interpreta al ritmo del jazz, prefiere "cada vez más" componer sus propios temas.
"Trato de crear cosas nuevas, aunque es más arriesgado", dijo y agregó que aunque el Candombe está presente "bastante" en su repertorio, también gusta de incluir otros ritmos de raíces africanas.
Junto a su cuarteto interpreta composiciones originales inspiradas en poesías de escritores latinoamericanos, así como arreglos de temas de compositores como su compatriota Rubén Rada y el brasileño Egberto Gismionti, cuyo trabajo incluyó en su tercer disco, que tiene previsto tener listo para finales de este año.
El nuevo álbum, para el cual aún no tiene nombre, también incluye temas del grupo femenino de percusión y canto Berta Pereira y las Comadres.
Su primer álbum, "Los pliegues del alma", en 2007, fue nominado como uno de los mejores discos de jazz por el Premio Graffiti 2008 que se concede en Uruguay.
El próximo jueves, Lastman viajará a Israel donde tiene previsto varias presentaciones junto al pianista Fernando Otero.
Música
El Candombe se escucha en Nueva York en la voz de uruguaya Sabrina Lastman
La uruguaya Sabrina Lastman ha llevado el Candombe a conocidos clubes neoyorquinos donde a ritmo de jazz da a conocer una parte del variado folclor de su país, así como otros sonidos y textos literarios de Latinoamérica.
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