Denver, 13 abr (EFE).- Joe Hayes creció en un pequeño pueblo en el sur de Arizona donde el paisaje árido y de majestuosas dimensiones alimentó su imaginación y la pasión por contar cuentos.
Hayes ha publicado más de dos docenas de libros para niños, muchos en formato bilingüe y se le considera hoy día uno de los narradores de cuentos más importantes de EEUU.
"Mi padre nos contaba historias a mí y a mis hermanos", dijo Hayes a Efe. "Pero yo sólo tengo dos hijos, y me gustaba tanto contar cuentos que me puse a buscar oportunidades de contar a otros niños".
"Iba a escuelas, bibliotecas, guarderías, reuniones de los Boy Scouts y las Brownies, dondequiera que se encontraran niños, y ofrecía contar un cuento", añadió.
Fue así que a Hayes se le ocurrió, en la segunda etapa de su vida, convertir esa vocación de contar cuentos en su nueva profesión.
Además de su talento innato para reconocer historias y contarlas de un modo entretenido y gracioso a los más pequeños, su éxito se debe en gran medida a que Hayes cuenta sus cuentos en dos idiomas.
Aunque se crió en el seno de una familia anglo, el español lo acompañó desde temprano.
"La vida siempre me ha metido en situaciones donde aprendo español y mi relación con el idioma se ha ido fortaleciendo a través de los años, señaló.
"En la universidad, estudié alemán, pero siempre vivía con amigos latinos, y como utilizaba el español con ellos, se me pegó," recuerda.
Después de trabajar como maestro de inglés en una escuela secundaria de Tucson donde la mayoría de los estudiantes hablaba español, Hayes se dedicó por unos años a la industria minera, lo cual le llevó a vivir en México y España.
En 1976, Hayes se radicó definitivamente en Nuevo México y allí comenzó a investigar las leyendas de la región que tanto figuran en su obra creativa.
Desde hace 28 años, Hayes se desempeña como cuentacuentos todos los veranos en el Museo Wheelwright de Santa Fe donde, dijo, la mayor parte de su público es adulto.
Según Hayes, los temas de sus cuentos gustan a grandes y chicos, ya que la mayoría tiene sus raíces en la tradición oral de la región, tanto hispana como indígena.
"Una parte de mis cuentos viene de estudios de los archivos o publicaciones de folcloristas o antropólogos", dijo.
"Leo muchas, muchas recopilaciones de cuentos populares recogidos de informantes tradicionales y cuando veo algo que me gusta, o que creo que les va a gustar a los niños, me pongo a pensar en cómo elaborarlo, cómo darle forma para que funcione con los niños de hoy".
Otra parte proviene directamente de sus recuerdos de infancia.
"Recuerdo haber oído hablar del Cucuy cuando era niño y sabía que los niños todavía oyen de él", dijo.
"Comencé a forjar en la mente una amalgama de cosas que había oído y cuentos universales de advertencia o amenaza para niños (hasta de cuentos indígenas, porque todos los pueblos indígenas de Nuevo México tienen sus cuentos de ogros)" continuó.
A estos elementos, Hayes le añadió una buena dosis de su propia imaginación y así surgió el cuento "El Cucuy" publicado en el libro del mismo título.
Además de la temática folclórica del suroeste americano, Hayes ha publicado con éxito cuentos basados en otras tradiciones latinoamericanas.
En 2001, Hayes visitó Santiago de Cuba para participar en un festival de cuentos, lo cual impulsó una investigación de varios años de la rica tradición cubana.
De ahí surgió "Baila, Nana, baila", libro ganador del premio Aesop de literatura folclórica de 2009, en el cual Hayes adapta 13 cuentos tradicionales de Cuba en formato bilingüe.
Aún otros cuentos provienen puramente de su imaginación, como su encantador "Lovesick Skunk" sobre el encuentro entre un niño y un zorrillo enamorado, o "The Gum-Chewing Rattler" sobre una serpiente de cascabel aficionada a la goma de mascar.
Los tres títulos fueron publicados por la editorial Cinco Puntos de El Paso.
Su próximo proyecto a publicarse se titula "El coyote debajo de la mesa", la reedición bilingüe de una colección de cuentos.
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