Nueva York, 19 abr (EFE).- Cerca de 400 religiosos católicos renovaron hoy sus votos en una ceremonia en la catedral San Patricio encabezada por el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, como parte de los actos de la Semana Santa.


Católicos de todas las edades y grupos étnicos, muchos de ellos latinos, participaron de la misa crismal, que se realiza una vez al año durante la Pascua, en la que el arzobispo Dolan bendijo el óleo de los enfermos, de los catecúmenos y el crisma, al que se le agregó un perfume porque es el que se utiliza para consagrar a los sacerdotes.


Dolan fue recibido con aplausos de los feligreses durante la procesión de todos los presbíteros de la Arquidiócesis en la famosa catedral, la más grande de EE.UU. y construida entre 1858 y 1865, con la que se inició la misa, que contó con la asistencia del exarzobispo de Nueva York, Edward Eagan.


En la homilía, Dolan, que dirige los destinos de la Arquidiócesis de Nueva York desde 2009, habló del incremento del coste de la gasolina en Nueva York para luego agregar que "hoy estamos aquí para bendecir un aceite distinto".


Tras su mensaje, procedió a la bendición de los aceites para luego continuar con la solemne ceremonia en la que preguntó a los centenares de sacerdotes, también de distintos grupos étnicos, si estaban listos para renovar su compromiso con Dios y la iglesia católica.


"¿Están resueltos a unirse más a Dios y tratar de ser más como él, sacrificando sus placeres y ambiciones para traer paz y amor a sus hermanas y hermanos?", preguntó Dolan durante la celebración, a la que también acudió un nutrido grupo de monjas, entre éstas de la orden de María Teresa de Calcuta.


Entre la multitud que acudió hoy al servicio religioso estaba el colombiano Antonio José Sarmiento, quien disfruta de sus vacaciones en Nueva York.


Para Sarmiento, la Semana Santa es un momento para renovar "el compromiso que tenemos de seguir a Jesús y de construir nuestra humanidad según la de Jesús".


Sarmiento, vicerector de la Universidad jesuita Javeriana de Colombia, dijo a Efe que "es muy difícil" para muchos católicos mantener la fe en una iglesia que atraviesa escándalos sexuales y problemas de poder.


No obstante, destacó que "eso no quiere decir que desertemos de la iglesia, sino que nos hagamos de un control de calidad, empezando por el Papa y los obispos" y todos los católicos.


Un 45% de los neoyorquinos se declara católico, de acuerdo con el Arzobispado, que cuenta con unas 460 iglesias en los cinco condados de la ciudad.


Unos 672 sacerdotes responden directamente al Arzobispado, mientras hay otros 825 que han sido enviados de diferentes puntos a trabajar en esta ciudad, donde el 52 por ciento de los católicos es hispano.