Marina Bentata guía a empresarios de América Latina en la ruta de negocios en EE.UU.

La venezolana Marina Bentata Skornicki guía con una asesoría especializada a los empresarios latinoamericanos que quieren establecerse en Estados Unidos, mercado que sigue siendo uno de los más codiciados del mundo pese a la crisis económica.

Miami, 22 jun (EFE).- La venezolana Marina Bentata Skornicki guía con una asesoría especializada a los empresarios latinoamericanos que quieren establecerse en Estados Unidos, mercado que sigue siendo uno de los más codiciados del mundo pese a la crisis económica.


Esta abogada, que ha representado a importantes multinacionales en América del Sur y del Norte, en Europa y Japón, toma de la mano a los hombres de negocios y recorre con ellos lo que consideran es un arduo camino: iniciar una operación empresarial en otra nación bajo reglas de juego diferentes.


"Me gusta crear estructuras, ser parte del crecimiento de una empresa. Tenemos clientes que comienzan como pequeños empresarios y terminan con sucursales en todas partes de EE.UU. Eso es parte de la satisfacción de una, que lo ha sabido guiar y abrirle los caminos. He ayudado a muchas compañías", dijo a Efe la letrada.


Bentata, que trabaja en la firma Montero Wolkov LLP especializada en derecho corporativo e internacional, en Miami, se centra, junto con sus colegas del bufete, en ayudar los empresarios a formar sus compañías, asesorarles en los convenios entre los socios, en el aumento de capital u obtener capital privado para inversiones, en adquisiciones y fusiones.


El proceso incluye los trámites de visado, un área que seduce a esta profesional graduada de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas y voluntaria del American Jewish Committee (AJC) de Estados Unidos.


Entre los clientes latinoamericanos de su bufete hay argentinos, brasileños chilenos, mexicanos y venezolanos, con negocios en vinos, alimentos y bebidas, entre otros sectores.


"Son empresarios que ya poseen un negocio preconcebido, tienen una estructura y quieren poner un pie en el sur de Florida, una zona que es para muchos de ellos la entrada a Estados Unidos", indicó la profesional con más de 20 años de experiencia.


Algunos de ellos, a pesar de haber sido empresarios en sus países se sienten "más tranquilos en el marco de una franquicia porque les da apoyo".


Florida fue el segundo estado con el mayor número de empresas propiedad de hispanos con 450.185 compañías que representaron el 19,9 por ciento del total de los negocios de ese grupo en el país, según datos de la oficina del Censo de EE.UU.


En esta área, afirmó Bentata, hay representación de cada uno de los países de Latinoamerica "y todos quieren iniciar acá su vida empresarial".


Las empresas propiedad de hispanos constituyeron el 22,4 por ciento del total de compañías del estado.


Los cubanos son el mayor grupo de hispanos con firmas en Florida, seguido por los puertorriqueños y otros latinos como argentinos, colombianos, dominicanos, nicaragüenses, salvadoreños y españoles.


Bentata, que proviene de una familia de abogados incluyendo a su abuelo de origen polaco, resaltó que uno de los grandes atractivos que ofrece Estados Unidos son unas reglas claras del juego, transparencia y seguridad jurídica, además de un amplio mercado de consumidores.


Un contexto donde Bentata se desenvuelve a gusto porque es de las abogadas que cree en las "soluciones negociadas", en "construir que destruir" y que tiene por lema "que es mejor negociar y ceder que ir a la corte y litigar".


Al tiempo que la estabilidad jurídica y el escenario empresarial del país sirven de estímulo para que los latinoamericanos quieran anclar en Estados Unidos aún cuando persisten los nubarrones en la economía.


La jurista también se encarga de casos de marcas de empresarios asiáticos que junto a los europeos forman parte del portafolio de clientes de su firma de abogados.


Bentata obtuvo un título de letrada en la Nova Southeastern University, en Fort Lauderdale (Florida), y un magister en derecho de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1993 en Caracas, Venezuela.


También estudió tres años de física pura en la Universidad Simón Bolívar, de Caracas, carrera que abandonó por la abogacía.


"Hay personas que me dicen que perdí tres años de mi vida, al contrario, considero que la visión que me da la física y los números para nosotros que somos abogados de negocios es una herramienta fundamental para mí", explicó.

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