Tijuana.- Son unos 200 hombres en el estado, más de la mitad de ellos en Tijuana, que dedican la mayor parte de su tiempo a trabajar los músculos de sus cuerpos. Y el número aumenta cada año, según un organismo que regula y sanciona las competencias profesionales de los fisicoconstructivistas.
Parecen espartanos retirados o sin ganas de combatir. Sus fornidas figuras mueven mucho los hombros y su léxico gira en torno a las pesas, la carga que soportan y sus repeticiones, las dietas y las proteínas que los ayudarán a ganar masa corporal.
Gastan al menos 150 mil pesos (11 mil 500 dólares) al año en suplementos alimenticios y otros productos para definir su musculatura. Además de entrenar de dos a cuatro horas diariamente en el gimnasio para ejercitarse, asegura Luis Ramírez, presidente de la Asociación de Fisicoconstructivismo y Fitness de Baja California.
Es toda una cultura muy arraigada y exitosa en esta frontera, pues cinco tijuanenses han sido campeones nacionales absolutos de esta disciplina física de 1952 a 2011 y uno de ellos incluso fue Míster Universo (Eduardo Silvestre, en 1952), el equivalente a un campeonato mundial.
Pero también es un sacrificio para el atleta y su familia por el tiempo que le dedica a una preparación, el gasto que implica y las duras dietas semejantes a las de un boxeador para marcar un peso determinado, que lo hace llegar a una competencia deshidratado y cansado, dijo Ramírez, de 66 años.
Ramírez es uno de los fronterizos galardonados en 1981 con la distinción de Míster México, el concurso nacional más importante en el país de este deporte. Además es dueño y preparador físico del club Atlas, un gimnasio austero y con poca luz, en el distrito La Mesa, que parece sacado del filme Rocky y que tiene 30 años de antigüedad.
"Este es un deporte elitista donde se necesita una buena inversión para poder concursar", dijo.
Ramírez explicó que actualmente el fisicoconstructivismo se profesionalizó con técnicas bien trazadas y planes de trabajo, no como cuando él empezó hace más de cuatro décadas, cuando el atleta pasaba largas jornadas haciendo ejercicio con dietas austeras.
Sin embargo, dijo, también se hizo toda una industria detrás de este deporte con las empresas farmacéuticas que fabrican los suplementos alimenticios y que tienen un costo muy alto.
Muchos atletas recurren a los suplementos porque ayudan a definir los músculos, pues un 20 por ciento de este deporte es entrenamiento (las pesas), y un 80 por ciento es alimentación, dijo.
La mayoría de los que compiten en torneos nacionales e internacionales tienen dinero para financiar el gasto que implica, agregó. "Es una obra de arte que dura muy poco".
Nicolás Solórzano, de 26 años, es instructor del gimnasio de pesas del Crea, la unidad deportiva de la zona Río. El año pasado quedó en segundo lugar en el concurso regional Míster Bosco, uno de los más importantes a nivel local para principiantes.
Mide 1.80 metros de estatura y pesa 185 libras. Tiene el aspecto de un villano fortachón de historieta con sus múltiples tatuajes que parecen salir de su ajustada camiseta. Él explicó que se está preparando para el torneo municipal y estatal del próximo año, pero ya entrena dos horas diarias y toma proteínas en suplementos alimenticios. Cuando se acerque la competencia aumentará dos horas más.
"Tengo dos años entrenando en este deporte. Me motivaron los atletas que entrenaban para competencias, ellos me animaron a hacer pesas. Mi intensión es mejorar mis resultados, prepararme más, meterle más volumen a mi cuerpo. Quiero llegar a pesar 80 kilogramos de puro músculo", dijo.
Aún no estimaba cuánto había gastado en esa etapa. Pero Ramírez aseguró que recientemente, durante la competencia de alto nivel por el Campeonato de Norteamérica, un concursante de la asociación gastó 250 mil pesos (cerca de 20 mil dólares) en puros suplementos alimenticios 15 semanas antes del torneo. Además de seguir una rutina de cinco horas de diferentes ejercicios en el gimnasio.
El fisicoconstructivismo es un deporte que busca el desarrollo de los grupos musculares del cuerpo, manteniendo un balance en el desarrollo del mismo, lo que se conoce como simetría corporal.
Pero muchas personas la utilizan como parte de su cultura física, acondicionamiento para otro deporte o bien para sentirse bien.
La Asociación de Fisicoconstructivismo y Fitness de Baja California tiene registrados 280 gimnasios en el estado, 150 de ellos en esta frontera.
José Luis Duarte es uno de los que toma este deporte sólo para sentirse sano. Tiene 52 años, pero aparenta diez menos. Tiene una espalda de toro y brazos musculosos que levantan el equivalente de su peso en la barra, pero nunca ha deseado competir.
Es empleado del estado y desde hace 15 años comenzó a ir al gimnasio Atlas porque quería bajar de peso. Pesaba 110 kilogramos y hoy 85 kilogramos, dijo.
Su rutina dura entre dos y tres horas diarias, pero funciona como una terapia contra el estrés, explicó. "Me mantiene activo y saludable. No tengo problemas de presión ni colesterol ni me duele la espalda ni nada. El ejercicio me hace sentir muy bien".
Como Duarte miles acuden a los gimnasios como un mero pasatiempo o entrenamiento físico para futbol americano o basquetbol. Sin embargo, los reyes de esos lugares unos 200, según Ramírez se preparan a todas horas en busca de más músculos.
omar.millan@sandiegored.com
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