AGENCIA EFE.- Dulce Matuz, presidenta de la Coalición de Arizona por el Dream Act y activista indocumentada, dijo hoy a Efe que el reconocimiento que ha recibido de la revista Time al incluirla entre los 100 personales más influyentes del mundo, "exige más trabajo".
"Siento que es una gran honor y estoy muy orgullosa por mí y por mi familia", dijo a Efe Matuz durante una entrevista en Nueva York, en donde esta noche asistirá a la gala organizada por la revista estadounidense para honrar a las cien personas que considera las más influyentes del mundo.
Matuz, de 27 años y originaria de la ciudad mexicana de Hermosillo, en el estado de Sonora, se codea en ese ránking con el baloncestista Jeremy Lin, que la encabeza, así como con otros hispanoamericanos famosos a nivel internacional como el futbolista argentino Lionel Messi o el cocinero español José Andrés.
Pero también su nombre se sitúa junto al de presidentes como el de Colombia, Juan Manuel Santos, o la de Brasil, Dilma Rousseff, y destacadas personalidades femeninas como la secretaria de Estado, Hillary Clinton, o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
"Este reconocimiento me tocó a mí, pero es a un reconocimiento del trabajo en equipo", declaró la joven, que llegó a Estados Unidos con sus padres cuando tenía 15 años, terminó la secundaria y con muchos sacrificios siguió sus estudios en la Universidad Estatal de Arizona (ASU), donde se graduó en ingeniería.
Para esta ingeniera, que es la menor de cinco hermanos y está casada con un estadounidense, el galardón que esta noche recibe "viene con mucha responsabilidad y más trabajo. Ahora todo el mundo me agradece, pero hay gente con más y mejores historias que trabajan más que yo".
Su lucha es por conseguir la aprobación de la ley conocida como "Dream Act", que regularía la situación de los inmigrantes jóvenes que entraron de niños al país y que quieran cursar estudios superiores o ingresar en las Fuerzas Armadas.
La legislación fue aprobada en la Cámara de Representantes en 2007, pero no obtuvo los 60 votos en el Senado para su votación definitiva, y cuando llegó de nuevo al Congreso en 2010, nuevamente no obtuvo los apoyos necesarios.
"Hay batallas que perdemos cada día. Hay soñadores que están deprimidos, algunos que se han quitado la vida o que ya no pueden seguir", señaló a Efe la activista, que aunque ha terminado su carrera, no puede ejercerla como tanto otros jóvenes que carecen de documentos migratorios legales.
En Estados Unidos, agregó, "se necesitan ingenieros. Mire el caso de mi compañera Angélica Hernández, que se graduó en ingeniería mecánica y podría ser una innovadora en ingeniería aplicada para electricidad renovable", pero que tampoco puede ejercer pese a haber obtenido las mejores puntuaciones promedio de su curso.
Dulce Matuz señaló que este reconocido galardón también le servirá a su movimiento para crear una plataforma que les permita llegar a más personas y darse a conocer.
"No tenemos muchos recursos económicos", señaló la joven, que aseguró que lo que no le falta es la "convicción de que algún día vamos a ganar" y de que entonces todos los "dreamers" (soñadores) cumplirán con sus objetivos.
"Hay estudios que señalan que la mayoría de los estadounidenses apoyan el Dream Act", agregó Matuz, que también apuntó a que las aportaciones que los jóvenes que están en un situación similar a la suya "pueden llevar a que Estados Unidos sea mejor".
La joven mexicana reconoció a Efe que aunque se involucró en el activismo en favor de esa legislación inicialmente "para conseguir un beneficio directo, luego me di cuenta de cuantos jóvenes no pueden seguir sus sueños" por las actuales políticas migratorias estadounidenses.
Su lucha por los derechos de los estudiantes indocumentados comenzó en 2007 al ser aprobada en Arizona la ley estatal 300 que obliga a los indocumentados a pagar colegiatura como extranjeros en colegios comunitarios y universidades estatales.
Ese estado está en el centro de la polémica sobre la inmigración ilegal en Estados Unidos porque en él se han aprobado algunas de las leyes más severas en contra de los "sin papeles".
Dulce Matuz no duda en hacer oír su voz, aunque sea durante apenas 90 segundos de conversación que intercambió con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su último viaje a Arizona.
"Hablé con él apenas unas palabras en un minuto y medio, y le pedí que diera protección para los inmigrantes y los estudiantes porque se nos ataca cada día con leyes como la SB1070 o las que suben el precio de las colegiaturas", agregó.
editorial@sandiegored.com
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